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“¿Cuánta violencia es aceptable en la pareja? Ninguna˝

“¿Cuánta violencia es aceptable en la pareja? Ninguna˝

Alfonso Salgado, profesor de la Universidad Complutense y de la Pontificia de Salamanca, inauguró los II Círculos de Encuentro Marisa Moresco con una conferencia sobre el maltrato en la familia. “En la mayor parte de los casos esa violencia comenzó en el noviazgo˝, advirtió. Y denunció la normalización entre adolescentes de comportamientos que permiten predecir esos tipos de maltrato.

 

¿Cómo acompañar en situaciones de maltrato y de violencia en la familia? Este ha sido el reto que se han planteado los II Círculos Marisa Moresco, organizados por el Equipo Ruaj en el Centro Vedruna de Valladolid los días 11 y 12 de julio, en versión on line, con unas pocas decenas de asistentes y el resto de inscritos, alrededor de 130, conectados a distancia.

Pero antes de proponer tocaba deconstruir, derribar mitos. Como el retrato robot que identifica a los niños y jóvenes provenientes de este tipo de hogares con futuros maltratadores. “Esto no es así en la gran mayoría de los casos”, aclaró en la conferencia inaugural el profesor de Psicología de las Universidades Complutense y Pontificia de Salamanca Alfonso Salgado. Sucede más bien lo contrario, dijo: esos menores tienen muchas más probabilidades de interiorizar y normalizar el maltrato y terminar convirtiéndose en nuevas víctimas de relaciones tóxicas.

Llegados a ese punto el sentido de la intervención debe ser inequívoco: “No es el objetivo recomponer una relación de pareja, sino salvar la salud y, en muchos casos, la vida de la victima”.

“No hay un porcentaje de violencia aceptable”, abundó. “Puede haber un porcentaje de enfados aceptable, de malas tardes…; eso es algo que pasa en todas las parejas. Pero episodios de violencia, no. Igual que tampoco es aceptable un poquito de neumonía, un poquito de cáncer… ¿Cuánta violencia puede permitirse en la pareja o en la familia? Ninguna”. Tampoco la de tipo psicológico. “Su efecto en la salud de la persona y en perdida de años de vida es mayor que el maltrato físico”, excluyendo la violencia que acaba en asesinato, advirtió Salgado. “Hay que desechar la idea de que el maltrato psicológico es menos grave”, ya que “el estrés postraumático” provoca graves secuelas, argumentó.

Muy importante es también, a su juicio, no minusvalorar las señales de alarma que se producen ya desde la adolescencia. “Es muy preocupante la normalización de algunos comportamientos de control y violencia”, dijo. “En la mayor parte de los casos la violencia en las parejas consolidadas se inició durante el noviazgo”.

Especialmente graves resultan para él actitudes hoy en aumento entre adolescentes como el control de las comunicaciones de la pareja o coacciones de tipo sexual muy agresivas, hasta hace poco consideradas intolerables, todas ellas predictores de futuros episodios de violencia. “Deberíamos hacer un esfuerzo por desnormalizar todo eso”; por dejar de considerar aceptables, por ejemplo, “las letras de reguetón que escuchan nuestros adolescentes”.

¿Violencia de género o violencia de pareja?

Alfonso Salgado entró también en la polémica terminológica en la que, “con un exceso de ideología” en un sentido u otro, confunde términos como violencia de género, violencia de pareja o violencia familiar. “No es solo un juego de palabras”, sino que, “aunque haya elementos comunes, [la terminología] condiciona el tipo de intervención”.

“¿Cómo explicar, en la violencia de baja intensidad, la gran cantidad de casos de mujeres agresoras? ¿O la violencia en las parejas homosexuales? Cosa distinta es la violencia contra la mujer por ser mujer. Si en una familia solo hay recursos para que estudie uno de los hijos y yo decido discriminar a la niña por ser niña, eso sí es violencia de género”.

Lo que ocurre es que, “ante la magnitud de ciertos fenómenos muy violentos”, se olvidan muchas otras dimensiones de la violencia en las parejas y las familias. Las cifras varían mucho según qué criterios se utilicen para definir esa violencia, pero “lo que está claro es que la prevalencia es muy alta”.

Ante esas situaciones, Salgado animó a crear “espacios de resistencia frente a formas culturales que justifiquen o relativicen la violencia contra otra persona, provengan de donde provengan”.

Y en los casos más graves, es imprescindible “escuchar cordialmente a la víctima. Decirle: ‘yo te creo’. Escucharla sin juzgar, con empatía: ‘¿Que estás hecha un trapo? Es normal. Yo también tendría ganas de tirarme por un puente’”. Y tratar de reconducir la situación hacia “la toma de decisiones; pensar en el modo de poner fin a esa situación. Una relación de pareja violenta se tiene que acabar. Por nada ni nadie debes aguantar. Ni siquiera por tus hijos”.

Fecha

julio 12, 2020

Categoría

Nacional