Siempre, y hoy particularmente, es necesario prepararnos, formarnos. Si los cambios han estado presentes en todo momento histórico, en éste de manera muy especial. Todo cambia a grandes pasos, por eso es necesario no quedarse atrás, desconectadas de la vida. La formación nos ayuda a esa conexión. Sin ella, es difícil vivir al estilo de Jesús, tan conectado con Dios y con la realidad en cuyas entrañas Él está.
Entendemos la formación como un proceso de crecimiento personal, un itinerario constante de aprendizaje, de profundización y actualización, en todas las dimensiones de nuestra vida. Tenemos muy clara la importancia y necesidad de la formación permanente. El Plan General de Formación de la Congregación, ofrece a todas un itinerario formativo, un proceso en el que cada una es la principal responsable de su formación y que ayuda a vivir la vida con más sentido y profundidad.
La Provincia Vedruna de Europa ha creado una serie de programas formativos para todas las etapas y situaciones, abiertos también a religiosas/os de otras Congregaciones y a seglares.
