Centros educativos de todo el mundo se darán cita en julio en el colegio Zuamaiena para debatir sobre su aportación a la crisis climática en el próximo Congreso de Escuelas UNESCO. Este colegio Vedruna de Guipúzcoa acaba de presentar la iniciativa “2030 Baso Magikoa” (Bosque Mágico).
Raro es el curso en el que Zumaiena Ikastetxea no acapara titulares por algún nueva iniciativa. “El proyecto Vedruna siempre ha sido innovador desde sus inicios”, explica su director, Isaak Aranberri, casi a modo de disculpa. “Esto es algo que yo, como antiguo alumno, he mamado desde siempre. Más allá de las matemáticas, todas las escuelas Vedruna asumimos que debemos aportar ese valor añadido que supone entender la escuela como algo diferente y cohesionador de la sociedad”.
El colegio Zumaiena ha presentado este año la iniciativa ‘2030 Baso Magikoa’, un espacio natural, puesto a disposición de administraciones, ONG y entidades sociales presentes en la zona, para “fomentar la colaboración entre todos” e impulsar proyectos de transformación social e innovación pedagógica, en línea con la Agenda 2030 de la ONU. A la inauguración asistieron representantes del gobierno vasco y del municipal, y una amplia muestra de la sociedad civil del territorio.
Además de amplias zonas naturales, el Bosque Mágico cuenta con instalaciones como un anfiteatro con capacidad para más de 700 personas, en el que se darán cita el próximo mes de julio colegios de todo el mundo en un encuentro organizado por la UNESCO sobre la aportación de la escuela a la lucha contra el cambio climático. “No se trata solo de ceder un espacio donde podamos reflexionar y dialogar”, explica Isaak Aranberri. “Estamos buscando fórmulas también para poder llegar a consensos en este Congreso de Escuelas UNESCO”.
Aprovechando su privilegiada ubicación, junto al monte y la montaña, una primera idea consistía en integrar la naturaleza en el día a día del aprendizaje escolar, desde Infantil a Bachillerato. En colaboración con la Universidad de Mondragón, se pusieron sobre la mesa diversos estudios para potenciar al máximo el proyecto, desde la concepción de la “pedagogía del amor” Vedruna.
Para Aranberri, ese compromiso con la mejora de la sociedad en colaboración con otros es “parte integral del proyecto educativo Vedruna, que no se agota en las aulas”. En esa línea sitúa el director los esfuerzos por la innovación pedagógica, algo que “todas las escuelas Vedruna hacemos maravillosamente. Es ese valor añadido que consiste en entender la escuela como elemento cohesionador de la sociedad”.
Así surgieron en los últimos años diversos proyectos en Zumaiena Ikastetxea, algunos con considerable impacto en la zona, como Sukalde Giroan, que permite a las alumnas y alumnos comer sano y ecológico a diario, y fomenta la agricultura local, proporcionándole nuevos cauces de comercialización.
“Es importante hacer todas estas cosas involucrando a las familias, a la comunidad educativa. Pero que lo que hagamos, podamos ponerle nombre, un por qué: que esto sirva para generar conciencia y generar cambios”, apostilla el director.