Convocadas por la Comunidad de Sevilla, y después de un tiempo, retomamos nuestros encuentros de las tres comunidades laicales, el 3 de febrero, en Sevilla.
Tras la acogida y la alegría del encuentro, invocamos al Padre, Hijo y Espíritu Santo que nos convoca y acompaña; y compartimos el momento que está viviendo cada Comunidad, a la luz de la formación con Antonio Botana.
Compartir vida nos refuerza, sentimos como somos capaces de dar respuesta y superar las pérdidas. Nos sabemos herederas del Carisma de Joaquina, responsables y llamadas a transmitirlo, desde cada Comunidad. Entendemos que, en nuestra vocación de laicas y laicos, “somos misión” como forma de ser y de estar Vedruna en la vida. Vivir el Carisma nos lleva a proclamar la Buena noticia de Jesús y ser testigos colaborando en hacer realidad el sueño de Dios, el Reino, al ejemplo de Joaquina.
Nos acompañó el símbolo de macetas: preparando la tierra (nosotras) que acoge la semilla de la Palabra compartida, nos abrimos al sol, al aire, al agua… al Espíritu.
Agradecimos la llamada al laicado Vedruna; este encuentro tan numeroso; elevamos nuestras súplicas pidiendo por nuestras necesidades y las de nuestros hermanos. Nos dejamos interpelar por la Palabra (Mc 6, 30-34 y Mc 6, 7-13).
Nos entregamos el símbolo del encuentro que quiere ser expresión de nuestros deseos y compromisos de acoger, sembrar, cuidar, compartir los frutos.
Finalizamos compartiendo la mesa y una alegre sobremesa.
Salimos fortalecidas como Familia Laical Vedruna, comunidad de comunidades, alentadas en el compromiso como seguidoras de Jesús.
Marisa Martínez
LV- La Bahía