Cercana, sabia, apasionada que transmite pasión por lo que enseña, no solo contenidos teóricos, sino también experiencias de vida. Carme Molist reúne todas las condiciones que definen a una maestra.
Así se lo transmitió, en un homenaje, el responsable del Área de Pedagogía e Innovación de la Fundació Vedruna Catalunya (FVCE), Manel Salas, tras comunicar Carme Molist que, después de muchos años al frente de este área, abandona la coordinación de las actividades plurilingües para poder dedicar más tiempo a sus actividades sociales y pastorales. Molist cede el testigo en la Fundació a Anna Muñoz, profesora de la escuela Vedruna de Mollerussa, que participó en el acto.
“De todos es conocida tu fuerza y tu empuje para impulsar un fin muy loable: que los chicos y chicas de las escuelas Vedruna sean más competentes en lenguas extranjeras a través del método, bien conocido en nuestro país, de la inmersión lingüística”, le dijo Manel Salas en nombre de todo el equipo directivo, presente con motivo de una reunión de las direcciones generales de las escuelas y el equipo de gestión.
“Gracias a tu buen hacer y el de los maestros que te han acompañado, cientos de chicos y chicas de nuestras escuelas han podido disfrutar de estas experiencias. Y como todo el mundo sabe, además de mejorar su inglés, esta experiencia habrá sido para muchos de ellos un aprendizaje también vital: aprendiendo a ser más autónomos, a ir solos, a espabilarse, a relacionarse con gente que conocen y gente que no conocen otras culturas, a saber que hay más escuelas Vedruna, a compartir valores, a hacer nuevas amistades, a enamorarse… Sin duda, estas estancias habrán sido para muchos de ellos un antes y uno después en sus vidas y, éste será seguramente el legado de tu trabajo. Un legado que perdurará en el bagaje interior y en el catálogo de experiencias de todos estos chicos y chicas”.
Carme Molist es un referente para muchas niñas, niños y jóvenes, en quienes deja una huella que “será profunda”. Pero además ha dedicado muchas horas a la formación de docentes, lo que la define como “maestra de los maestros que te han acompañado todos estos años”.
“Y ya que hablamos de legados –prosiguió Manel Salas –, los que saben, dicen que hay cuatro cosas a tener en cuenta para valorar la huella de un maestro. La primera, la proximidad, el acompañamiento, de sentir que el maestro está cerca y que se toma el aprendizaje como un asunto compartido, que no es sólo problema del alumno. La segunda, que demuestre que sabe, que sea una persona conocedora y experta en lo que enseña. La tercera, que exprese una pasión doble por enseñar y por lo que enseña, y que transmita esta pasión a los alumnos. La cuarta, que tenga y que transmita vida; que haya visto mundo, con experiencias por transmitir, más allá de la educación”.
“De todo corazón, creemos que cumples estas cuatro condiciones con creces y eso significa que la huella que dejas como maestra será profunda”, apostilló responsable de Pedagogía e Innovación.