El pasado fin de semana, del 31 de enero al 2 de febrero, un grupo de jóvenes de la Pastoral Juvenil Vocacional Vedruna Europa nos trasladamos a Valencia para colaborar como voluntarios, con el objetivo de brindar apoyo y la ayuda que se necesitara a familias afectadas por la reciente DANA. Fue una experiencia de entrega, compromiso y oración que nos marcó profundamente a quienes pudimos participar.
El testimonio de Ángel, uno de los jóvenes voluntarios, refleja lo allí vivido: «El fin de semana pasado participé con la familia Vedruna en un voluntariado en Valencia. A pesar de que solo fueron un par de días, estuvieron llenos de experiencias. Pude poner cara y nombre a la realidad y las dificultades de las que muchas veces hablamos y que, en nuestras ciudades, donde sin duda existen, pueden pasar más desapercibidas. Por una parte, me dio mucha esperanza conocer a personas que, de forma completamente altruista, hacían lo que podían por ayudar al prójimo. Por otra parte (aunque mucho más pequeña) me sorprendió la capacidad que tienen ciertas personas para aprovecharse de las circunstancias».
«Aunque pueda sonar un poco ‘egoísta’, esta experiencia me ha dado la oportunidad de concretar en una acción el compromiso que siento que es importante tener con los demás, sobre todo con aquellos que están en situaciones como las que ha dejado la DANA. Además de conocer más y compartir con las compañeras que me acompañaban desde la familia Vedruna, conocí una nueva familia de religiosos que me hizo sentir completamente acogido e integrado».
«Todo esto sin tener en cuenta lo más importante: intentar aportar nuestro pequeño granito de arena para aliviar la situación de las familias afectadas».
«Con todo, el finde me dejó lleno de agradecimiento y esperanza».
Fue un fin de semana que recordaremos siempre, llevando en nuestros corazones todo lo que han vivido y siguen viviendo todos los afectados por la DANA, y, con la conciencia de que como jóvenes Vedruna queremos aportar nuestro granito de arena en el mundo. Gracias a PJV Vedruna Europa por posibilitar estos espacios de solidaridad y compromiso a nuestros jóvenes, y, a todas las personas que allí nos acogieron e hicieron posible que nos sintiéramos tan cómodos y en familia.