La comunidad Vedruna de La Almozara ha celebrado los 50 años de presencia en este barrio zaragozano.
A lo largo de estos 50 años han pasado muchas cosas y estamos agradecidas.
Hemos recibido mucho, hemos aprendido mucho de todos, hemos compartido la vida mutuamente, con sus alegrías y con sus problemas. Hemos recibido acogida, cariño, vida y una manera de ver las cosas.
Agradecemos la acogida que todas y cada una hemos experimentado aquí.
También la dosis de realismo que supuso pisar este barrio como vecinas del mismo. Descubrimos una sociedad injusta y una nueva imagen de Dios. La vida del barrio y nuestra experiencia en él cambió nuestra forma de entender la vida comunitaria, nuestra espiritualidad y nuestra manera de rezar.
Damos gracias por la relación de vecindad que nos fue integrando en la vida del barrio y nos ha enriquecido personalmente y como grupo. Estamos contentas por la oportunidad de vivir a pie de calle, codo con codo con los demás, participando, por ejemplo, de la lucha colectiva que se daba en el barrio cuando vinimos; toda esta experiencia nos ha colocado en nuestro lugar y nos ha hecho escuchar más que hablar.
Gracias por el servicio que hemos podido ejercer aquí en tantos momentos y lugares y, junto a tantas personas.

Gracias por poder participar así de la tarea evangelizadora de la Iglesia con una óptica de encarnación; vivido esto desde una parroquia sencilla y viva, ésta, la Parroquia del Rosario en la que ahora nos planteamos cómo ser sinodales. Lo hemos hecho compartiendo inquietudes y acciones con la comunidad cristiana popular del barrio, con la Asociación de vecinos que había cuando llegamos, con las personas del barrio, con las personas de la parroquia, con el grupo de sacerdotes y con la comunidad de Religiosas Escolapias que vivían aquí.
Y queremos expresar: Gracias Padre, te reconocemos, nos conduces hacia los más vulnerables (jóvenes sobrantes del sistema educativo, personas sobrantes en la sociedad, personas encarceladas, enfermos, escuela pública, mujeres en prostitución, personas con diversidad funcional etc.), gracias por esta coincidencia de nuestro proyecto de vida con tus personas predilectas, gracias, porque esto no hubiera ocurrido si no hubiéramos venido a vivir aquí.
Y gracias, porque queremos abrirnos a vivir todo lo nuevo que viene, en esta nueva época que está naciendo ya. Queremos, a pesar de nuestros años, crear, con todos, odres nuevos para el vino nuevo.
Gracias, muchas gracias.
Lidia Moreo