Una familia en la Pascua Vedruna: “Todo aquí ayuda para acercarnos a Jesús”

Desde hace nueve años, Carolina, José Ramón y sus dos hijas no fallan cada Triduo Pascual a su cita en el Centro Vedruna de Valladolid.

Para Carolina y José Ramón, la Pascua Vedruna es algo así como un oasis. “Cada año -cuenta ella- llegamos necesitados de la presencia de Jesús, y ahí… pues como que te metes enseguida en el ambiente de oración. Te lo ponen muy fácil: por el cariño con que está preparado todo; por el lugar, que es precioso; por el ambiente… Todo ayuda para acercarnos a Jesús”.

Esta ha sido ya la novena celebración de Pascua en la que participa este matrimonio de Aldemayor (Valladolid), ella bibliotecaria y él, fisioterapeuta, vinculados al movimiento Encuentro Matrimonial y a un grupo de espiritualidad ignaciana, Amigos de Juan Vicario SJ. Carolina es además catequista en su parroquia, donde ambos acompañan a los padres de las niñas y niños de Comunión.

Llegaron en 2017 a la Pascua Vedruna a través de la madrina de una de sus hijas, entonces de uno y tres años. “Sentíamos una necesidad muy grande de parar y estar con Jesús, pero en familia. Y encontramos una acogida espectacular. Nos sentimos tan a gusto, tan bien recibidos que, desde entonces, vamos todos los años. Las niñas están encantadas; les encanta ir, por ese ambiente tan familiar que hay. Y van haciendo grupo con otros niños. Es algo muy bonito, porque van creciendo rodeadas de estas personas a las que ven que se toman tan en serio su relación con Jesús”.

La figura de Joaquina, a quien entonces no conocían, les resultó fascinante, en especial su faceta como madre de familia, un elemento que impregna el carisma Vedruna y que genera un clima de espiritualidad y celebración comunitaria muy peculiar en cada Triduo Pascual, en el que conviven religiosas, jóvenes, niños y familias.

“A Jesús no solamente te lo encuentras en las en las celebraciones. Yo lo he visto en cada una de las personas que con las que hemos compartido estos días”, afirma José Ramón.

El momento central es la Vigilia Pascual, en la que se alternan en la liturgia danzas contemplativas con momentos especialmente preparados por los niños; este año, una obra de teatro sobre la Creación, preparada por los más pequeños, y otra sobre la valentía, representación con sombras chinescas que ofrecieron los mayores de doce años.

En la zona más cercana al altar, hay una alfombra con cojines, con todo dispuesto por si a los más pequeños les vence el sueño. “Es un ejemplo de lo acogedora para todo el mundo que es esta Pascua”, dice Carolina. “Nadie se siente en ningún momento que sobre. Te puedes quedar dormido, y no pasa nada”.

Cada año hay un tema central, que las personas asistentes pueden preparar con meses de antelación por medio de los materiales con los que, cada año, se va trabajando el itinerario hacia la Pascua. Este año, el tema central ha sido “En tu luz somos esperanza”, poniendo en relieve cómo, “en medio de todas las situaciones del mundo, en medio de tanta desesperanza, apoyados en Jesús, realmente hay motivos para la esperanza”, afirma José Ramón.

Envío a Galilea

El encuentro concluye con un envío a Galilea, con la vuelta al lugar de origen, a la rutina habitual, “pero de una forma nueva, desde una perspectiva nueva, esperanzada y resucita”, prosigue él. También con la misión de “cómo contagiar a toda la gente que está a nuestro alrededor de esta alegría y esta esperanza de la Pascua”.

La vuelta este año ha estado marcada por la noticia de la muerte del Papa Francisco, que el matrimonio ha acogido con pena, pero también con un sentido de esperanza y agradecimiento.

A Carolina le han llegado de forma especial las palabras grabadas en vídeo por Francisco para un grupo de jóvenes participantes en unos talleres de escucha, y en el que remarca la importancia de prestar toda la atención a la otra persona, en lugar de cortarla o de estar solo pensando en cuál será nuestra respuesta. “Yo esto me he propuesto ponerlo en práctica este año”, dice Carolina.

Esa escucha -cree- es hoy muy necesaria en la misión que se necesita llevar a cabo hoy, cuya máxima prioridad -coinciden ambos- es “volver a Jesús, recuperar a Jesús en nuestro corazón, pensando qué haría Él en cada situación. Pero de una manera dialogante y creativa, no simplemente repitiendo lo de siempre, sino con creatividad y atentos a las necesidades, retos y anhelos de las personas con las que nos encontramos en nuestro día a día”.

Para esta misión, que nace del encuentro personal con Jesús resucitado, José Ramón cree necesario ese ambiente de “sinodalidad” que se respira en cada Pascua en el Centro de Vedruna de Valladolid, resaltando la importancia de vivir la fe en comunidad, enriquecida por las diversas aportaciones de cada persona. “Hay mucha riqueza en el compartir, hay mucha riqueza en lo que están viviendo las hermanas, en lo que están viviendo los jóvenes, en lo que están viviendo las familias, en la experiencia de los niños… Ese compartir la fe y poder ver cómo va pasando Dios por cada uno de nosotros es muy enriquecedor. Yo creo que las hermanas agradecieron el compartir de las familias, y nosotras agradecemos mucho su compromiso, su espiritualidad, su sabiduría, su fidelidad…”, subraya, destacando el valor de testimonios como el ofrecido este año por María Gracia Gil, provincial de Vedruna Europa, sobre su implicación en el diálogo interreligioso.

De este modo, la celebración de la Pascua se convierte “nos ilumina para todo el año”, prosigue. “Yo lo he podido ver en mí mismo: lo vivido durante la Pascua me ha servido después para afrontar situaciones personales complicadas y para poder hacer cambios en mi vida”.

Otro elemento que acompaña a esta familia a lo largo de todo el año -apunta Carolina- es la música de Ain Karen, presentes en cada Pascua Vedruna. “Es maravilloso; a mí me llena muchísimo escuchar sus canciones, pasamos todo el año escuchándolas en casa, en el coche… A veces, estamos en silencio y una de las niñas se arranca con una de las canciones, y todos acompañamos a coro. Así que, realmente, sí, se genera un ambiente que nos acompaña hasta la siguiente Pascua Vedruna”.