El Ayuntamiento de Barcelona ha entregado a la escuela Vedruna Angels una de las Medallas de Oro de este año, reconocimiento que tiene por objeto “distinguir a aquellas personas físicas, personas jurídicas o entidades, nacionales o extranjeras, que hayan destacado en la defensa de la ciudad, así como en la defensa de las virtudes y valores cívicos”.
En el acto, celebrado en el Saló de Cent y presidido por el alcalde, Jaume Collboni, se destacó el “compromiso histórico, social y educativo con el barrio del Raval” de este centro, que celebra este año su 150 aniversario. El encargado de recoger la Medalla fue el director del colegio, Eduard Riudavets, quien asistió flanqueado por la presidenta de la Fundació Vedruna Catalunya Educació, Montserrat Espinalt, y diversos miembros del claustro.
“La escuela destaca por su capacidad de generar convivencia y cohesión social en un entorno marcado por la diversidad cultural, religiosa y origen”, ha resaltado el consistorio de la Ciudad Condal. “Sin renunciar a su identidad –resalta el Ayuntamiento en su página web–, siempre ha sido abierta y acogedora, promoviendo valores universales como la solidaridad, la tolerancia y la paz. Es también una escuela catalana, pero con una mirada global y un fuerte compromiso con la innovación educativa, la sostenibilidad (como escuela verde) y los principios de la UNESCO”.
También se subraya el rol de este colegio como agente vertebrador de la comunidad, más allá de su labor educativa. “Un rasgo distintivo de Vedruna Àngels es su carácter generacional”, puede leerse. “Alumnos, exalumnos y familias se mantienen vinculados, y muchos miembros del claustro, incluido el director, han vivido su propio recorrido como estudiantes. Esta continuidad consolida un fuerte sentimiento de comunidad y hace de la escuela un verdadero pilar del Raval”.
“En un contexto a menudo marcado por las desigualdades, Vedruna Àngels ha mantenido una mirada comprometida y una oferta educativa asequible y de calidad. Su trayectoria ejemplar está marcada por su capacidad de adaptación y su compromiso con la educación como herramienta de transformación social”.
Vedruna Àngels no es la única entidad católica premiada este año por el Ayuntamiento de Barcelona. La comunidad de clarisas del monasterio de Santa Maria de Pedralbes ha recibido también la distinción “por su labor espiritual y comunitaria a lo largo de casi siete siglos”.
El monasterio, fundado en el siglo XIV, es considerado un auténtico referente histórico y patrimonial de Barcelona, y la comunidad de clarisas ha mantenido en él una presencia constante, vinculada a la ciudad y a su vida cultural y religiosa, hasta 2025, año en que se ha producido el traslado de la comunidad a Vilobí d’Onyar.
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