Alienum phaedrum torquatos nec eu, vis detraxit periculis ex, nihil expetendis in mei. Mei an pericula euripidis, hinc partem.

A Marisa Moresco: “Vedruna te reconoce como testigo”

A Marisa Moresco: “Vedruna te reconoce como testigo”

Mª Gracia Gil ha presentado junto al arzobispo Santiago Agrelo el primer volumen de una colección editorial dedicada a Ruaj y al acompañamiento

 

El acompañamiento en situaciones de exclusión es “una mirada que mira y ve desde las entrañas” y “nos da la posibilidad de cambiar las dinámicas y generar cambios de inclusión”. “Marisa Moresco es la testigo y maestra en el arte de acompañar que verifica que es posible acercarnos a aquello que creemos que es el sueño de Dios para la humanidad”.

Son palabras de la superiora de la Provincia Vedruna Europa, Mª Gracia Gil, en la presentación de “Acompañar en las periferias existenciales”, primer volumen de la nueva colección dedicada al acompañamiento lanzada por la editorial Narcea. El libro, coordinado por Lola Arrieta y por la teresiana Elisa Estévez, teóloga de Comillas, recoge las ponencias de los I Círculos de Encuentro Marisa Moresco, celebrados en 2019, y fue presentado el 10 de julio en el Centro Vedruna de Valladolid en el marco de la celebración de los II Círculos.

El acto se convirtió en un homenaje a Marisa Moresco, fallecida en accidente de tráfico en 2018, y en una reivindicación de las propuestas de Ruaj, de la que Moresco fue fundadora en 1997, junto a Lola Arrieta y Concha Calleja.

Imbuido de una eclesiología horizontal, en sintonía con el Vaticano II, el acompañamiento es reconocido hoy como un tipo de presencia especialmente eficaz para la pastoral juvenil, el discernimiento vocacional o el acompañamiento a adultos, ya sea en momentos puntuales de su vida, como para trabajar en un proceso regular el crecimiento en la propia fe. Además de ofrecer directamente ese acompañamiento, el Equipo Ruaj forma cada año a unos 500 acompañantes de diferentes sensibilidades y procedencias carismáticas. Completan esa oferta los Círculos Marisa Moresco, como espacio de encuentro para personas y profesionales de diversas disciplinas involucradas en el acompañamiento. La segunda edición estuvo dedicada al ámbito del maltrato y la violencia en contextos familiares y de pareja.

“Yo fui acompañada por Marisa”

“Tengo la experiencia de haber sido acompañada personalmente por Marisa en alguna situación existencial”, reconoció la provincial. “Puso, frente a mí, mi propia experiencia: ‘¿Y ahora qué: así, así o así’? Veinte minutos. Fue suficiente”. Y siguió siendo la compañera, la amiga de siempre”. Que en algún momento también necesitó acompañamiento y “se dejó acompañar por mí”.

Esa “mirada que humaniza” la tenía Marisa Moresco especialmente en situaciones de sufrimiento. “No pasaba de largo, se paraba, ahondaba y se dejaba tocar. Descubría toda la vida que encerraban realidades y rostros aparentemente pobres, periféricos”. Siempre “vinculada al sur. Al sur del sur, se llamara polígono, Tánger, Congo, mujer maltratada o monja contemplativa necesitada de ayuda por sufrimiento acumulado”.

“¡Cómo mirabas esos rostros de tantas personas que se acercaban a ti y salían fortalecidas por esa mirada!”, prosiguió la provincial.

Pero no es solo la persona acompañada la que experimenta una transformación interior. “Esa mirada a los últimos y olvidados tiene la capacidad de transformarnos [como sociedad], haciendo brotar en nosotros ríos de solidaridad”, cree Gil. Para ello, sin embargo, no se puede improvisar”; hace falta “formación”. El acompañamiento tiene un aspecto de “arte” innato, pero también mucho de ciencia, para terminar forjando en el acompañante una actitud que sabe proponer sin invadir, respetando siempre la libertad del otro.

“En las dificultades –sintetizó Mª Gracia Gil–, la palabra de Marisa era clara pero no juzgadora, no hiriente”. “Siempre desde la positividad para comprender los errores, para ofrecer alternativas, para facilitar que la vida siguiera adelante… Incasable, creativa, acompañante y hermana, testigo con capacidad de guiar por la fuerza del Espíritu… Por eso y más –concluyó–, Vedruna te reconoce como testigo”.

Agrelo: “Marisa continúa acompañando esperanzas en Tánger”

También Santiago Agrelo, arzobispo emérito de Tánger, dedicó emotivas palabras a Marisa Moresco. “Allí, en la delegación [diocesana] de Migraciones, continúa acompañando esperanzas que solo el amor puede cultivar”, dijo. “No creo que ella llegase a sospechar que, un día, una niña hija de emigrantes musulmanes se llamaría Vedruna”.

Agrelo presentó a Marisa Moresco como ejemplo de una “Iglesia que, con mirada respetuosa, se acerca al que sufre”. “Una Iglesia capaz de oír el silencio de los pobres” y “sentir la humedad de sus lagrimas”. “Una Iglesia capaz de mantener viva su esperanza”, cuando hoy “lo normal es que peguemos un rodeo para no tropezar con ellos”, de manera que “no veamos su sufrimiento ni nos afecte su vulnerabilidad”.

Completó la presentación del libro Gonzalo Sánchez-Terán, de la universidad jesuita de Fordham (EE.UU.), que durante muchos años trabajó en campos de refugiados de África. “En esos contextos he trabajado codo con codo con hermanas Vedruna”, dijo. “He sido acompañado por muchas Vedruna durante muchos años y hoy vengo a representar a toda esa gente que es mejor porque ha resistido en momentos muy difíciles gracias a que ha estado acompañada por hermanas Vedruna”.

Entre esas hermanas incluye ya a Moresco, a pesar de no haberla conocido en vida. Con este libro “entras en conversación con ella”, aseguró. “No estás leyendo la vida de un santo, en el sentido de alguien excepcional, sino que te encuentras con un ser humano con unos problemas enormes en la vida, con sus dudas y momentos de bajón, pero con una profunda experiencia de Dios y del otro”.

“Acompañar en las periferias existenciales”, prosiguió, “te hace mejor persona. Por favor, leedlo. ¡Es un regalo!”.

Fecha

julio 15, 2020

Categoría

Nacional