El gobierno cántabro y el Ayuntamiento de Arnuero arropan a la comunidad educativa del colegio La Inmaculada Concepción, resaltando su contribución a lo largo de 141 años de historia.
El colegio La Inmaculada Concepción, de Isla (Cantabria), ha celebrado sus 141 años de historia con un gran acto de celebración del bicentenario de la Congregación Vedruna. En la mañana del 29 de mayo, el colegio recibió la visita del consejero de Educación, Formación Profesional y Universidades de Cantabria, Sergio Silva, quien elogió el “fantástico trabajo” que se hace en este centro, en el que estudian hoy 120 alumnos de Infantil y Primaria. Como rasgo distintivo, además de la educación en valores, el representante del gobierno cántabro subrayó el carácter “muy personal” del sistema educativo del centro, favoreciendo siempre una fuerte implicación de las familias.

José Ruiz del Olmo, director general del colegio
La celebración continuó por la tarde, con la presencia del alcalde de Arnuero, José Manuel Igual, antiguo alumno del colegio. Con él estuvieron otros miembros de la corporación municipal, en particular la concejala Eva Pérez Agüero, que representa al municipio en el Consejo Escolar.
El director general del centro, José Ruiz del Olmo, agradeció el apoyo desde diversas instituciones, gracias al cual -dijo- “esperamos seguir siendo fieles a este proyecto de vida que inició Joaquina”, haciendo así honor a tanto “sacrificio, esfuerzo, trabajo y, sobre todo, cariño y amor” que tantas personas han puesto en este proyecto a lo largo de sus 141 años de historia.
Repensar el pasado para proyectar el futuro
En representación del Equipo Provincial, asistieron a la celebración Carmen Navarro, del equipo de Secretaría de la Provincia, y Felisa Rodríguez, que fue provincial de la antigua Provincia Vedruna de León.
Joaquina de Vedruna, al iniciar cada proyecto, “siempre lo hacía estableciendo diálogo con las instituciones municipales, políticas o eclesiales, con las que iba a compartir la tarea”, resaltó Felisa Rodríguez. En el caso de del colegio La Inmaculada Concepción, fue además clave el apoyo del entonces conde de Isla, Joaquín Fernández, convencido de la importancia de la labor educativa de la Congregación con las niñas, especialmente en entornos desfavorecidos.
El actual conde de Isla, Fernando de Porras-Isla-Fernández, se sumó a la celebración enviando una carta en la que dio las gracias a la Congregación, «por hacer posible que el Carisma Vedruna se mantenga como pilar de la formación de los alumnos que aprenden y crecen en el colegio de Isla; a todas las hermanas que vivieron en el colegio y que dejaron su huella desviviéndose por el progreso de la infancia de Isla y sus alrededores; a los profesores, que día tras día, con duro trabajo, celosa dedicación y enorme entusiasmo, llevan a cabo la difícil tarea de educar con mimo a cuantos niños y niñas pasan por las aulas; a los padres por confiar en el colegio como institución que vela por el progreso de las mentes y las almas de sus hijos; a los estudiantes, por acudir puntualmente a clase, con todos los sentidos abiertos y prestos a nuevos aprendizajes», y a las instituciones, por mantener su poyo al proyecto. La misiva fue leída por el exdirector del colegio José Manuel Gutiérrez.

José Manuel Gutiérrez, exdirector del colegio
La celebración del bicentenario, prosiguió Felisa Rodríguez, ofrece una ocasión privilegiada para “repensar” ese pasado y “mirar el origen del cual venimos, nuestras raíces; descubrir las señales, las huellas, los mapas que trazaron quienes nos antecedieron y sin los cuales no estaríamos aquí”.
El bicentenario, sin embargo, no puede quedarse en una celebración nostálgica. Es preciso “proyectar el futuro que dependerá de nuestras decisiones y acciones. Es nuestra responsabilidad y este es el reto: aprender del pasado, escucharlo para darle un nuevo significado, soñarlo, renovar perspectivas, fuerzas y esperanzas para el futuro”, pero sabiendo que “el futuro está en nuestras manos, mejor, el futuro somos nosotros, sois vosotros y vosotras, generaciones que creéis y soñáis con posibilidades nuevas”.
Por ello, “no celebramos para hacer fiesta por lo que fue. Hacemos fiesta para gritar que nuestra vida colectiva, la que nos une en un ‘nosotros’, en un ‘nosotras’, nuestra vida como familia, lo que llevamos entre manos como proyección Vedruna en el mundo, estemos donde estemos, esa vida colectiva que nos une, tiene sentido y es respuesta a la búsqueda de esperanza de nuestras hermanas y hermanos de hoy. Y eso es futuro y eso es esperanza y eso es lo que celebramos”.
El acto contó con la interpretación de la exalumna Coral de dos canciones con el saxofón y de tres canciones por el coro del colegio, incluido un himno compuesto para la celebración del Bicentenario de la Congregación Vedruna.