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El colegio de “Las Carmelitas” de Villafranca de los Barros recibe la Medalla de Extremadura

El colegio de “Las Carmelitas” de Villafranca de los Barros recibe la Medalla de Extremadura

“Nos enseñaron a pensar y a tomar decisiones con criterio”, escribe la catedrática de Inteligencia Artificial y miembro de la Real Academia Asunción Gómez.

 

El colegio Nuestra Señora del Carmen Vedruna de Villafranca de los Barros, conocido simplemente como “Las Carmelitas”, recibe este 7 de septiembre la Medalla de Extremadura. El reconocimiento ha sido avalado tanto por el actual gobierno autonómico (PP-Vox) como por el anterior, presidido por el socialista Guillermo Fernández Vara, que dio luz verde a la propuesta avalada por numerosas instituciones (la Asamblea de Extremadura, la Diputación Provincial, 22 ayuntamientos), 232 empresas y, a título individual, más de 6.000 personas, la mayoría antiguas alumnos y alumna.

La Medalla supone el colofón de las celebraciones del 125 aniversario de este colegio, fundado el 27 de septiembre de 1897 por un grupo de hermanas Vedruna con la misión de ofrecer educación de la máxima calidad a la mujer rural en Extremadura, con pocas posibilidades entonces de acceso a la escuela y, qué decir, a la universidad o al aprendizaje de idiomas.

El colegio se transformó en internado para atender a chicas procedentes de otros pueblos de la comarca y de Extremadura. Fue, además, un centro de irradiación cultural especialmente activo en los años de la Transición. En esa época, una antigua alumna del centro, Dolores Blanca Morenas, se convirtió en la primera diputada extremeña.

Convertido en centro mixto y concertado (el colegio forma parte hoy de la Fundación Vedruna Educación), el colegio de “Las Carmelitas” siguió siendo un referente social. Una de las hermanas, Pilar Cuevas, profesora del centro y responsable de la enfermería, fue la impulsora de la Asociación de Madres contra la Droga de Villafranca de los Barrios, en la convulsa década de los 80. La asociación, todavía activa, lideró la respuesta ciudadana a la lacra de la droga. “Sirvió para despertar a un pueblo que dejo de llorar y comenzó a salir a la calle sin miedos”, en palabras de la religiosa.

Sin perder nunca esa identidad social, el colegio se ha convertido en un referente en la introducción de nuevas tecnologías y nuevas pedagogías participativas. Ha sido el primer centro extremeño en obtener la certificación “Google Reference School” y ha introducido un programa de robótica educativa.

En lo que respecta al fomento del aprendizaje del inglés, destaca entre las iniciativas la introducción del Bachillerato Dual en 2021. Gracias a un convenio con la America Coporation, las alumnas y alumnos de este colegio pueden obtener, junto al Bachillerato, la titulación estadounidense de High School.

Escuela de valores

Para la mayor parte de antiguas alumnas y alumnos que solicitaron a la Junta la concesión de la Medalla de Extremadura, la aportación más destacada son los sólidos valores que les aportó el paso por el colegio, tanto los referidos al esfuerzo personal y la superación, como la solidaridad y el compromiso ético y ciudadano. Entre los firmantes aparecen todo tipo de perfiles profesionales, con algún nombre muy llamativo, como el de Asunción Gómez Pérez, catedrática de Inteligencia Artificial, Vicerrectora de Innovación y Doctorado en la Universidad Politécnica de Madrid, académica de la Real Academia Española (ocupa la silla “q” minúscula) y miembro del selecto club de la lista de la Universidad de Stamford del 2% de científicas y científicos más citados del mundo. “En 1977 mis padres tomaron la excelente decisión de llevarme a estudiar 6º EGB al Colegio Ntra. Sra. del Carmen en Villafranca de los Barros, como alumna interna. Yo tenía 11 años y era un colegio solo para niñas”, escribe. “Agradezco al colegio, a las hermanas y al claustro de profesores de aquellos años la formación integral recibida, en conocimiento y en valores. En el plano académico con especial cariño recuerdo al profesor de matemáticas y físicas, don Marcial Aldana, quien me formó en el pensamiento analítico, matemático y metodológico, lo cual fue clave en mis estudios informáticos en la universidad politécnica de Madrid. En el colegio también nos enseñaron los valores del esfuerzo continuo, la constancia, el respeto al que no piensa igual que tú, la disciplina, el compañerismo y la confianza en uno mismo cuando el trabajo está bien hecho. A mi entender, lo más relevante que hace al Colegio ser merecedor de la medalla de Extremadura es su capacidad de reinventarse y adaptar su oferta formativa a las necesidades de la mujer en la sociedad rural extremeña de cada época. Durante los años en los que yo estuve, además de formarnos en lo académico, nos enseñaron a pensar y a tomar decisiones con criterio”.

Una comunidad de hermanas sigue viviendo en el centro, pero el protagonismo ha sido progresivamente asumido por laicas y laicos, en su mayoría antiguos alumnos del colegio. Paloma Castro, coordinadora de la comunidad, destaca esta transición como uno de los mayores logros del centro en su historia reciente. Profesoras y profesores “son Familia Vedruna, y realmente ese espíritu de familia se transmite de manera clara a los alumnos”, y hace que el colegio siga siendo “una referencia en el pueblo en todos los niveles”, destaca.

Fecha

septiembre 6, 2023

Categoría

Proyecto Escuelas Vedruna