Dos jóvenes activas en la Iglesia, dos alejadas y una no creyente debaten en el Colegio Mayor Vedruna sobre las debilidades y fortalezas de la propuesta cristiana en la sociedad actual.
El pasado 19 de febrero vivimos en el Colegio Mayor Vedruna de Madrid un momento de encuentro y tertulia con jóvenes para dialogar sobre la fe y la Iglesia hoy. El encuentro estaba motivado desde el área de PJV de CONFER, con quienes participamos desde el Equipo de Reflexión Ampliado.
El deseo era el de escuchar a los jóvenes en sus diferentes vinculaciones con la Iglesia y poder recoger su visión. En el encuentro estuvieron dos jóvenes que participan activamente en grupos de fe y en otras propuestas pastorales, dos jóvenes que participaban pero se alejaron y una joven no creyente. Dimos respuesta a las preguntas que se nos plantearon pero, sobre todo, hicimos mucho diálogo y reflexión conjunta.
La primera línea de conversación era sobre qué valoraban más de la propuesta cristiana y de laIglesia. Las jóvenes llegaron a acuerdo en nombrar a las personas de Iglesia que “están cerca”como las Hermanas, consagrados, sacerdotes y laicos que se ponen al servicio de los demás, que comparten vida con otros. Se valoraron con fuerza la escucha, el acompañamiento y la experiencia creyente y profunda de algunas personas. Igualmente, la acogida y valores como la paz y la esperanza que, para las jóvenes, son valores difíciles de encontrar lejos de la Iglesia.
A quienes se habían alejado les preguntamos sobre las razones para hacerlo. El diálogo fue muy rico y nos permitió ahondar mucho. La experiencia de estas jóvenes es de que aún queda camino de apertura y acogida a todos, sin distinción, dentro de la Iglesia. En ocasiones han encontrado una dicotomía entre la teoría de “amar al prójimo” y la respuesta real de algunas personassupuestamente creyentes. Sienten que aún hay reticencia a la integración dentro de la Iglesia a personas divorciadas, colectivos de diferentes condiciones sexuales, mujeres, etc. Incluso siendo creyentes (ambas reconocían creer en Dios) esto hace que no entiendan la Iglesia actual como una mediación válida para ellas. Algo que, además, encaja con lo que ya anunciaba el informe de la juventud de la Fundación SM Jóvenes españoles 2021. Ser joven en tiempos de pandemiaelaborado por el Observatorio de la Juventud en Iberoamérica (OJI).
Cuando preguntamos a la joven no creyente qué nos diría a la Iglesia para ser más atrayentes y mostrarnos más cercanos, nos dijo que comprendía que la Iglesia era una institución muy antigua, con muchas tradiciones que se han ido conservando, pero “eso no puede nublar la realidad”. Piensa que es momento de dar un nuevo aire a la Iglesia, de hacer las cosas bien y de practicar aquello que pronunciamos.
En el diálogo que se creó entre ellas hubo cariño, comprensión y buen humor. Compartían anécdotas de todo tipo vividas en ámbitos eclesiales, se escandalizaban y juntas volvían a la conversación.
Haber sido testigo de esta experiencia de escucha me deja como poso la necesidad (y creo que el deber) de ser Familia Vedruna dentro de la Iglesia, como mediadoras eficaces y realistas,cercanas y acogedoras de verdad. Las palabras de una de ellas me resuenan hoy, decía: “nodebería ser conflictivo para nadie creer en Dios pero, sin embargo lo es, porque no es válidopara la Iglesia quien no cumple las normas que han puesto los hombres, no Jesús”.
Que el don recibido de la fe y el testigo de Joaquina, nuestra madre que pisaba la realidad, nos permitan estar siempre a la escucha y con el corazón dispuesto al cambio. Apasionante momento el que vivimos (el mejor de todos) para ser anunciadoras de la Buena Noticia de verdad.
PJV Vedruna