La Asociación Elín seguirá “luchando hasta que se haga justicia por la muerte” de los 15 jóvenes fallecidos durante la actuación en 2014 de la Guardia Civil en la Playa del Tarajal.
“Vergüenza”, “tristeza”, “rabia”, “impotencia”… Con estas palabras recibe la asociación ceutí Elín, iniciada en 1999 por hermanas Vedruna, la absolución de los 16 guardias civiles acusados de “homicidio imprudente, lesiones y denegación de auxilio” por los sucesos del 6 de febrero de 2014 en la playa del Tarajal. Al menos 14 jóvenes migrantes murieron ahogados y otro despareció al ser repelidos por los agentes (según testigos, utilizaron “palos, humo y balas de goma»).
La Audiencia Provincial estima los recursos presentados por la defensa de los guardias civiles, la Fiscalía y la Abogacía del Estado, y considera que no se aprecia «relación de causalidad» entre la actuación de los agentes y «los fallecimientos por ahogamiento y lesiones»; descarta “desviación o extralimitación” en el comportamiento de la Guardia Civil e incluso afirma que “los inmigrantes que decidieron actuar de aquella manera tan arriesgada”, al tratar de alcanzar por la costa el territorio español, “eran conscientes de que, como habitualmente ha ocurrido en otros intentos de asalto (sic), las fuerzas del orden españolas, en cumplimiento de la legalidad, harían lo necesario para impedirlo, asumiendo el riesgo que ello conllevaba».
La Asociación Elín, tras haber accedido a grabaciones de aquellos sucesos, afirma que “los hechos son otros”, distintos a los que la Audiencia Provincial describe en un auto que se supone una derrota más en el tortuoso camino judicial para las ONG personadas en el caso, con tres archivos, y otros tantos reveses en los juzgados. El mayor mazazo llegó en febrero pasado, cuando la Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos revocó una decisión anterior y avaló las llamadas «devoluciones en caliente», entre las que se encuadró el operativo de la Guardia Civil en el Tarajal.
Con todo, lo más grave para la Asociación Elín es la afirmación según la cual los agentes “no tenían obligación de socorrer a los nadadores”. “¿Hay algo más básico, importante y fundamental que el derecho a la vida?”, se pregunta. “Tenemos una Constitución que reconoce y que debería proteger este derecho. Se han firmado acuerdos y protocolos a nivel internacional de adhesión al cumplimiento de derechos y libertadas fundamentales. Y sin embargo, aquí seguimos. Mientras una mano acaricia los valores de la convivencia y respeto, la otra los ahoga en el Mediterráneo y en el Atlántico. Porque es ahí donde han desaparecido alrededor de 20.000 personas desde 2014”.
Un “oasis” en Ceuta
La Asociación Elín se define como un “oasis” en Ceuta en el que pueden recuperar fuerza jóvenes migrantes de camino a Ceuta, recibir orientación legal o aprender español. Las hermanas Vedruna trabajan en red con diversas asociaciones, como Cáritas, Fundación Cruz Blanca, CEAR, DDHH de Andalucía, SOS Racismo o Red Acoge. A nivel internacional, Elín forma parte del observatorio de fronteras Red MIGREUROP.
Además de mostrar su “no conformidad con la sentencia” y anunciar que “seguiremos luchando hasta que se haga justicia por la muerte de estos jóvenes en la Playa del Tarajal”, la Asociación Elín asegura que “seguiremos denunciando las devoluciones en caliente y exprés, prácticas ilegales que se siguen sucediendo en la frontera entre España y Marruecos con total impunidad. Seguiremos reclamando vías legales y seguras para que las personas puedan circular libremente. Seguiremos denunciando cualquier violación de Derechos Humanos en la frontera. Y seguiremos gritando que ninguna persona es ilegal y que todas las vidas importan”.