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Margarita Morais: “Gracias a la música, podemos adelantar el Cielo con las virtudes que disfruta un corazón equilibrado”

Margarita Morais: “Gracias a la música, podemos adelantar el Cielo con las virtudes que disfruta un corazón equilibrado”

Margarita Morais recibe de manos de la Reina Sofía el Premio Valor Añadido a la Educación, que otorgan la Fundación Fundación Transforma España y la Fundación BBVA, y reivindica la importancia de la música para la formación integral en la escuela. Una buena educación musical, dice, es aquella capaz de “crear un clima de ánimo y confianza para que todos los niños pueden aprender música con alegría”.

 

La lista de premios que has recibido a lo largo de tu carrera es enorme. ¿Qué te ha hecho especial ilusión de este?

Que era un premio a la educación, tan dentro de nuestro Carisma Vedruna. Cuando me nombraron, me presentaron como Carmelita de la Caridad, y me emocionó. También sorprendió a muchos: a la Reina doña Sofía, a los premiados, a los invitados… Valoraron mucho que en nuestra Congregación hubiera un proyecto artístico-musical dentro de nuestra misión de educadoras.

 

En tu discurso, en la recogida del premio, aprovechaste para lamentar la infravaloración de los estudios musicales en la escuela española. Ahora bien, la situación es esta: hemos tenido en poco tiempo diversas reformas educativas y esta no ha sido una prioridad para el legislador, de uno u otro signo político. ¿Qué hacer en esta situación? ¿Qué margen de actuación queda?

Tenemos todo por hacer. Lo que dije es que todos los ciudadanos deberían tener unas mínimas nociones, ser capaces de disfrutar del lenguaje musical, del canto, la magia del sonido, del orden, de las medidas de los ritmos… Estoy convencida de que terminará por llegar el día en que la música se introduzca como debe en la escuela, desde las primeras letras y juegos, hasta los 18 años, igual que sucede con las demás asignaturas. No se trata de que todos los estudiantes se conviertan en músicos profesionales, sino de que adquieran una cultura sólida desde la edad temprana, al igual que sucede con las lenguas, las ciencias naturales y sociales, las matemáticas, la informática… Si hacemos esto de manera progresiva, correcta y bien programada, estaremos entregando a nuestros niños y jóvenes un conocimiento sorprendente para su desarrollo humano completo. Y sin olvidar que esto es un reto a largo plazo, Como decía Zoltan Kodaly, pedagogo y músico húngaro, “el hombre no verá los beneficios que produce el estudio de la música en la sociedad hasta la tercera generación”.

 

Los artistas, dijiste también en tu discurso, “inspiran en nosotros un caminar más emocional y sereno a través de la vida” por medio de la belleza. Se puede educar para la música, de acuerdo, pero ¿cómo se educa para la belleza?

Viviendo con los ojos despiertos para aprender a observar todo lo que hay de bueno en la humanidad, en la naturaleza, en la vida. El arte es un bien completo en sí mismo. Solo el hombre es capaz de quitarle al encanto su alegría. También podemos adelantar el cielo con las virtudes que disfruta un corazón equilibrado y en armonía consigo mismo, con las personas que nos relacionamos, con el trabajo, con… Creo que el arte nos puede ayudar a mantener el corazón acogedor y engrandecido, sensible, abierto y vivo para que no se endurezca ni tiranice, ni se vuelva vacío o indiferente. Nuestro interior se enriquece cuando observamos y aprendemos de lo que es noble, justo, generoso y nos cercan al bien, la belleza y la fraternidad.

¿Es posible una educación musical que, a la vez, sea popular?

Popular sería conseguir que la asignatura se enseñara de manera sencilla de aprender, con canciones de nuestro folclore, al principio infantiles cogidas de nuestro rico cancionero, adaptadas a las notas que estuvieran leyendo y entonando. Gustaría mucho a los niños si su enseñanza se hiciera fácil, con conocimiento y una buena pedagogía, dosificada paso a paso. Conjugar 27 letras es mucho más difícil de aprender a manejar siete notas.

Es un error frecuente pensar que, para empezar y mejorar en esta disciplina, se necesitan habilidades extraordinarias de oído, reflejos, gusto, coordinación, afinación y ritmo. Incluso los niños considerados «monótonos», por experiencia, sé que pueden aprender a afinar su oído y entonar correctamente dirigiendo su voz bien formada. Estamos ante una disciplina completa y extraordinaria.

Algunas iniciativas en España -un ejemplo sería el intento de llevar las escuelas musicales a lo barrios populares de Barcelona– han fracasado o no han tenido todo el éxito que esperaban no por culpa de la Administración, sino por las resistencias del propio profesorado, que prefiere trabajar con un alumnado más “motivado”, desde el ideal del virtuosismo.

Habría que preparar muy bien al profesorado que, además de saber música, debe estudiar la pedagogía adecuada para enseñar música a los niños. Opino que se tendría que empezar a la vez que se aprenden las letras y seguir el mismo ritmo con el que formamos a los niños, por ejemplo, en la gramática. También en la música deben de formarse y empezar por leer y cantar, entonar dos notas, dirigidas no solo con el oído, que tanto ayuda, porque es el cerebro el que va calculando y pensando las distancias sonoras. Después, dominar tres notas, más adelante cuatro… Paciencia, constancia y método apropiado, sin prisa porque duraría toda la escuela. Hay que estudiar también teoría, historia, escuchar música…

Creo que se debiera de comenzar por los más pequeños y cada año subir un curso más en la escuela con sus nuevas dificultades hasta completar los estudios.

Terminaste tu discurso con unas palabras del padre Arrupe: “No me resigno a que, cuando yo muera, siga el mundo como si yo no hubiera vivido”. Cuando, dentro de muchos años, te toque dejar el testigo a otras generaciones, ¿cómo definirías la esencia de tu legado en la Fundación Euterpe, aquello realmente nuclear que esperas que cuiden con especial esmero quienes te sucedan?

Nuclear es el amor, el conocimiento de la materia, lo que tenemos que enseñar y hacerlo con mucha responsabilidad. La vocación de querer transmitir un bien que lo será para toda la vida. Crear un clima de ánimo y confianza para que todos los niños puedan aprender música con alegría.

Fecha

julio 2, 2023

Categoría

Nacional