Ha comenzado este 16 de julio en Vic (Barcelona) el 28 Capítulo General de las Carmelitas de la Caridad Vedruna, que hasta el 15 de agosto reúne a 57 hermanas en representación de las cinco provincias (África, América, Europa, India y Japón) y la delegación de Filipinas, además de representantes del Laicado Vedruna.
El Capítulo General tiene lugar a solo tres años del bicentenario de la Congregación, y pone fin a un sexenio marcado por el impacto de la pandemia. “Hemos pasado un tiempo especial, con la pandemia, y nos ha traído una nueva conciencia de nuestra vulnerabilidad”, dijo en la apertura del Capítulo la general, María Inés García, quien conectó esa traumática experiencia con otras circunstancias en la vida religiosa, en la Iglesia y en el mundo, que a su juicio señalan que vivimos “en un momento de la historia muy complejo”, “en medio de una crisis” que puede ser también “una oportunidad de ‘nacer de nuevo’”.
María Inés García ponía así el foco en el lema escogido para este capítulo, “Nacer de nuevo”, tomado del pasaje evangélico del encuentro de Jesús con Nicodemo. En “un tiempo oscuro y de desconcierto”, dijo, es necesario buscar orientación en “nuestro pasado, nuestras matriarcas y nuestras tradiciones; pero no podemos quedarnos ahí”, sino que “debemos dar espacio a lo nuevo”.
La experiencia de vulnerabilidad de la pandemia, como a otros niveles sucede con la crisis climática en el planeta o los dramas que acompañan a la mala gestión de las migraciones, suponen en definitiva “experiencias de tocar fondo”. Esto tiene también su aspecto positivo, porque “cuando tocamos fondo y finalmente aceptamos la situación que nos ha tocado vivir, empezamos a hacernos preguntas para las cuales no hay respuestas inmediatas, pero sí respuestas que debemos encontrar”.
“La crisis se puede convertir en una encrucijada de gracia; si bien es un lugar doloroso, puede ser simultáneamente un lugar profundamente liberador”, prosiguió la general. “La buena noticia es que la vida religiosa no se está muriendo; se está transformando, tal como lo ha hecho a través de muchos cambios desde el tiempo de Jesús. ¡La buena noticia es que somos parte de este gran cambio!”. “No importa la edad, la misión o las circunstancias, podemos ser una presencia que transforma”, en medio de un mundo que “no solo necesita esperanza, sino de nuestra participación activa como agentes de transformación”.
Un nuevo estilo de liderazgo
Al inicio de un capítulo que debe elegir al Equipo General para los próximos seis años, María Inés García se refirió también al estilo de liderazgo que, a su juicio, se requiere hoy para que “la gracia actúe y para que la vida florezca”. Se necesitan, dijo, “líderes que acepten personalmente su vulnerabilidad y ayuden a sus hermanas a hacer lo mismo”. Se necesitan “líderes compasivas, además de inteligentes, que nos inspiren por su humanidad”, como hicieron “Joaquina y muchas hermanas a lo largo de nuestra historia”.
El Evangelio -prosiguió– presenta tres modelos de liderazgo: “el del Buen Pastor, el de servicio (lavatorio de los pies) y el de alianza que se basa en el amor y la amistad mutuos (Juan 21, designación de Pedro). Los dos primeros han sido, hasta ahora, los más comunes. Hoy “la sensibilidad actual nos pide ejercitamos más en el simbolismo de ‘la alianza’, donde se experimenta el amor y la amistad mutuos, en reciprocidad, igualdad y equidad”.
Tiempo de discernimiento
También el obispo de Vic, Romà Casanova, hizo hincapié en la necesidad de renovación, permanente en la Iglesia. En la eucaristía de apertura del Capítulo General, el prelado subrayó que este es “un momento intenso de vida” para la Congregación Vedruna, que como todo momento de cambio exige dejar hacer a “un protagonista invisible, que es el Espíritu Santo, protagonista de toda acción eclesial”.
Para discernir “qué quiere Dios de nosotros” en medio de “las circunstancias concretas en que estamos viviendo”, el método es sencillo: “Escucha de la Palabra de Dios, el diálogo y mucha escucha” mutua, siempre desde la convicción de que “Dios siempre acompaña su obra”.
Más información y traducción del discurso de la general al inglés y el francés en: