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Nacer de nuevo con la no violencia

Nacer de nuevo con la no violencia

«Nacer de nuevo con relaciones compasivas y no violentas» ha sido el tema del encuentro Galilela 2024. Entre los ponentes estuvieron Clara Rodríguez, presidenta de la Asociación Española para la Comunicación NoViolenta; el dramaturgo y experto en noviolencia Moisés Mato, y Elisa Estévez, biblista y profesora de la Universidad Pontificia Comillas.

 

Actualmente hay 56 conflictos activos en el mundo, 5 con más de 10.000 muertes al año. ¿Existirían si quienes emprenden las guerras se hubieran educado en la no violencia? Seguramente no.

La no violencia es una metodología de acción, una manera de confrontación, porque nuestra manera de actuar (o no actuar) nunca es pasiva; es una forma de acción que defiende la vida, denuncia la opresión y reconoce el valor de cada persona. Su objetivo es conseguir una vida buena para toda la humanidad.

Clara Rodríguez García comenzó adentrándonos en la comunicación no violenta (CNV) desde el paradigma jirafa. La jirafa es el mamífero con el corazón más grande y una mirada panorámica capaz de tomar perspectiva antes de actuar.

El ser humano ama contribuir a la vida de las demás personas… siempre que sus necesidades estén satisfechas. Cuando las circunstancias son violentas porque no las podemos sostener se nos ofrece la posibilidad resolutiva de la CNV, usando el poder compartido de la palabra, escuchando para llegar a acuerdos, cuidando a las demás sin olvidar el autocuidado. Somos responsables de lo que decimos y cómo se percibe lo que decimos, también de lo que no decimos. La empatía nos lleva a  la conexión humana al ser capaces de captar las necesidades de las demás, para ello es necesario que estemos libres de juicios, con tiempo suficiente sin interrumpir, mostrando interés y actitud de confianza en los recursos resolutivos de la otra persona.

La CNV es una manera de vida de danzar al ritmo de la conexión. Para resolver una convivencia conflictiva es necesario crear las condiciones en las que se escuchen todas las voces atendiendo a la diversidad. Es el arte de la facilitación.  Para ello se hace imprescindible crear espacios seguros de participación igualitaria, atender el silencio de las minorías, desafiar nuestros propios prejuicios y sesgos, capacitar en competencias culturales, priorizar voces y perspectivas habitualmente excluidas. Iniciar peticiones que promuevan la cooperación, preguntar para aclarar lo que queremos. Cuantas más posibilidades formuladas en positivo, más poder personal. Al final del proceso nos preguntaremos cómo me voy, qué quiero poner en marcha y cuáles son los pasos siguientes. Nacer de nuevo (NdN) nos exhorta a “promover relaciones de cuidado y actitudes no violentas en todas sus expresiones dentro y fuera de la comunidad”.

Moisés Mato nos explicó el concepto de no violencia como traducción del original  satyagraha de Gandhi, que significa insistir en la verdad, quien buscando la verdad, encontró la no violencia. Las guerras empiezan con mentiras, cada vez hay más porque nos alejamos más de la verdad. ¿Somos personas de verdad, no violentas? La verdad se dice desde el peso moral de quien encarna la verdad antes de exigirla (Jesús de Nazaret).

Palabras claves de la no violencia: en castellano utilizamos paz para significar tres situaciones: pax  jurídica de Roma porque el imperio tenía el control, irene griega como ausencia de guerra y shalom del judeocristianismo porque hay justicia. Dialogar es la primera herramienta no violenta, un diálogo que desenmascare las verdades y las mentiras del tú y del yo. El diálogo da valor a la palabra, todas por vocación humana estamos llamadas a ser una palabra salvavidas. “Abrazar los conflictos, implicarnos conjunta y solidariamente preguntándonos qué pasa, cómo pasa y qué podemos hacer ante lo que sucede nombrando y abordando todo abiertamente” (NdN). La trascendencia no nos pide cambiar las ideas sino ir más allá de ella; nos puede llevar a morir por las ideas pero nunca matar por ellas. El perdón es un don durable, un don exagerado (per-dón), es un regalo que nos hacemos porque no queremos vivir teniendo a otro ser humano como enemigo, es la magia del ciento por uno, es confiar, aceptar, escuchar y dejar de dirigir todo; el perdón no tiene plazos.

Elisa Estévez utilizó la mirada de Jesús para explicar su manera de ser no violento. Aunque está en itinerancia, se para para poder tratar bien a las personas, las mira (negar la mirada es violencia), les pone rostro, las saca del anonimato, las dignifica, su corazón queda impactado por cada situación, reconoce el aliento de Dios en cada criatura. Cuando desconocemos a las personas es más fácil dar el paso al maltrato y la opresión, por eso él se acerca y pregunta a los ciegos de Jericó ¿Qué quieres que te haga? Les reconoce el grito, la resistencia a ser silenciados. Actúa corresponsablemente: cuando la mujer cananea da un paso hacia adelante él también se mueve, ve en ella el rostro de Abbá y la voz de la Ruah, entre ambos construyen relaciones no violentas, cada cual sale de su situación de confort. Reacciona con indignación ante el sistema del templo, hace suya la crítica que las víctimas hacen a ese sistema, a las instituciones que maltratan a las personas. Mira la generosidad a la viuda pobre al dar todo de sí misma para el bien común. Jesús es capaz reunir dos mundos distintos para llevar a cabo el Reino: cuando el centurión le pide ayuda por su siervo se produce el encuentro de dos culturas distintas: por una parte Jesús, el Reino de Dios, humilde; por otra el centurión del imperio romano con poder económico; Jesús admira la confianza en el centurión y ambos salen enriquecidos.

El perdón es un deber no optativo para quienes nos llamamos personas cristianas. La parábola del siervo sin entrañas vincula el perdón recibido con el perdón otorgado, pero la lógica de la misericordia otorga perdón incluso cuando el daño sigue existiendo, sin reciprocidad interesada. Cultivar la memoria del don del perdón en es necesaria para no autoexcluirnos en la familia de Jesús, es la radical hermandad. Jesús en la pasión se expresa sin agresividad, afirma su verdad “perdonándolos porque no saben lo que hacen” le ayuda a elaborar el miedo, la angustia, la soledad, gana libertad interior. Es importante dar un paso atrás para observar objetivamente los conflictos. Recordemos preguntarnos, como Jesús, si la persona agresora sabe realmente las causas y consecuencias de sus acciones.

NdN insiste en su recorrido: “…lo insustituible del encuentro cara a cara, del contacto humano, sin miedo a poner en juego la alteridad constitutiva de nuestro ser. Estamos llamadas la responsabilidad de la relación sin dejar afuera a nadie”. “Relacionarse bien es una decisión que ha de renovarse frecuentemente,  con actitud de búsqueda, hasta encontrar lo que más se acerca a la verdad y la justicia”. “Asumimos la dimensión liberadora del carisma, donde vivamos la lógica evangélica del respeto y del amor recíproco”. “Es vital el aprendizaje de gestos y palabras de no violencia para custodiar desde nuestros orígenes el  tesoro que alimenta  el compromiso por la justicia y visibilizar un modo de ser en el mundo: todo por amor nada por fuerza”.

Paqui Puente Durández,
LV León

Fecha

diciembre 28, 2024

Categoría

Nacional