Las jornadas de Misión con Formación 2023 estarán centradas en “Ecofeminismo”, corriente que aúna el cuidado del medio ambiente y promoción de la igualdad de la mujer. A juicio de las organizadoras, el actual pontificado ofrece un magisterio adecuado para abordar estos retos.
“Ecofeminismo. El cuidado de la tierra y la igualdad entre hombres y mujeres” es el tema que centrará la Misión con Formación 2023, que se celebrará los días 8 y 9 de julio en el Centro Vedruna de Valladolid. Abrirá las jornadas Alicia Puleo, catedrática de Filosofía Moral y Política de la Universidad de Valladolid, y pensadora de referencia para el ecofeminismo. Al día siguiente, en una “Mesa de experiencias”, participarán Dina Garzón, cofundadora y coordinadora de la Red Ecofeminista, red de ámbito internacional creada en Madrid en 2012, y cofundadora también de la cooperativa ecofeminista Lasgaya, junto a Miguel Ángel Ballesteros, educador de Cáritas Salamanca, que trabaja en el terreno de la animación comunitaria y en la gestión medioambiental e igualdad.
Las jornadas se cierran el domingo 9 de julio con una sesión sobre “concreciones para vivir el ecofeminismo en nuestros contextos”. Se trata de “aterrizar, para vivirlos en nuestra vida y entorno”, los contenidos abordados, explican dos de las organizadoras. El objetivo es “motivar la reflexión sobre esa nueva manera de concebir el mundo, esa manera de relacionarnos con todas. Una reflexión que nos lleve a cada una a ver los pasos que estamos dispuestas a dar”. No se trata de ofrecer “consignas preestablecidas”, sino más bien de contribuir a “tejer nuestro plan de ruta personal y comunitario y familiar”.
La Vida Religiosa frente a la ideología patriarcal
Además del Eje de Formación de la Provincia Europa, ha participado en la organización el Eje de Justicia y Paz e Integridad de la Creación. Preguntadas sobre la relación entre “el cuidado de la tierra” y “la igualdad entre hombres y mujeres”, una representante de cada uno de estos ejes coinciden en señalar que se trata de cuestiones “íntimamente relacionadas”. “Ambos temas –explican– reclaman un cambio de mentalidad, pasar del paradigma patriarcal que alimenta el sistema capitalista a una forma de entender el mundo y de vivir en él, basada en unas relaciones noviolentas con nosotras, con las demás y con la naturaleza. Unas relaciones en las que prima el cuidado y no el beneficio que podemos obtener de la otra persona, mujer u hombre, ni de los recursos naturales sino de la protección, del cuidado de todos ellos”. A juicio de ambas, “el paradigma patriarcal capitalista es el que, en nuestros ámbitos, ha marcado y está marcando la desigualdad entre mujeres y hombres y las violencias de género, así como la sobreexplotación de la Casa común”.
Son temas hoy de la máxima importancia para la Vida Religiosa, consideran ambas representantes. Se necesita un “cambio de mentalidad y de estilo de vida” como “respuesta clara a los signos de los tiempos para que el Reino se abra paso hoy”, creen. “Y no solo como Carmelitas de la Caridad Vedruna, como comunidades religiosas, sino también como Familia Vedruna que incluye al Laicado Vedruna y a todas las personas y grupos con quienes colaboramos y se sienten parte de Vedruna”, consideran.
Son conscientes, no obstante, de que este tipo de cuestiones genera controversia en sectores de la Iglesia, que miran con recelo toda crítica a la ideología patriarcal. Pese a ello, coinciden en que el pontificado actual ofrece un magisterio adecuado para abordar los cambios. “Las encíclicas Laudato si y Fratelli tutti nos proporcionan un buen punto de partida para abrir nuevas perspectivas integradas, es decir, ecofeministas, del cuidado en lugar del dominio”, aseguran. “Y desde esa perspectiva tendríamos que reflexionar y dialogar sin cansarnos, para que, de lo que se enuncia en ellas sobre la sociedad, como es la discriminación de la mujer, la señalemos también en la Iglesia, cómo se da esa discriminación, los hechos concretos, y veamos juntas cómo los podemos superar. Porque hay un tipo de discriminación que es reflejo de la sociedad patriarcal y un tipo de discriminación añadida porque la Iglesia también es patriarcal. También el Sínodo sobre la sinodalidad está siendo una oportunidad muy buena para estos diálogos que apunten a qué acciones tenemos que animar. Y este diálogo entre nosotras y con las comunidades cristianas, y a nivel eclesial global, está propiciando pequeños pasos, como ha sido el dar voz y voto a algunas mujeres y a hombres laicos en el próximo sínodo, nombrar algunas mujeres para varios dicasterios, etc. Tenemos que empujar mucho, no va a ser fácil, ni rápido porque lo más difícil no son los nombramientos o los ministerios como se está hablando del diaconado, etc., aunque también”.
“Mucho camino por andar” para conseguir la igualdad
No se trata, o no solo, de reflexiones que deban abordarse a los más altos niveles. De hecho, a ambas no les cuesta ponerse de acuerdo en que “lo más complicado es cambiar nuestra mentalidad para que influya en cómo nos relacionamos y cómo vivimos. Creemos que eso es lo básico. Y nos atañe tanto a los hombres como a las mujeres, a nivel individual, grupal e institucional. Tenemos mucho camino por andar”.
En Vedruna, en particular, hay varias hermanas implicadas en iniciativas por la igualdad en la Iglesia y en la sociedad, como “Alcem la veu” en Catalunya. Desde esa militancia, “palpamos cada día esos dos gritos de la realidad, el de las mujeres y el de la Casa común. Pero creemos que necesitamos incidir más en nuestra formación en todos los espacios. Esto es precisamente lo que pretendemos con el encuentro de Misión con Formación de este año. Una formación que no es solo escuchar a unas personas ponentes, sino que pretende y alienta un diálogo entre nosotras y nosotros, para reflexionar juntas. Nos faltan espacios eclesiales de formación sobre la igualdad de la mujer en la Iglesia y en la sociedad y el ecofeminismo y hay que buscarlos”.
Claro que si el feminismo era el único elemento de la ecuación del que podría esperarse que generara alguna controversia, también en el ámbito de la defensa del medioambiente resucitan hoy debates que se pensaban definitivamente superados, como la identificación de ecologismo con maltusianismo. Las dos organizadoras de Misión con Formación rechazan, sin embargo, que se trate de un debate intraeclesial. “Es un movimiento también social”, puntualizan. “Lo estamos viendo en Europa, un retroceso, por motivos fundamentalmente económicos y de poder, la Unión Europea está cediendo en los compromisos medioambientales que había acordado. E imaginamos que también influye en la Iglesia”. Pero al margen de esos prejuicios ideológicos “ahí están los informes científicos independientes”, que demuestran que “está en juego la vida para las generaciones futuras y, ante eso, las personas cristianas no podemos estar indiferentes”. De hecho, “el enfoque integral de Laudato si aporta otros aspectos humanos que completan eso informes. Tenemos un optimismo que creemos que es realista: vemos difícil una marcha atrás total porque socialmente ya lo vemos diferente. Otra cosa es que, para mantener nuestra economía actual, cerremos los ojos a la evidencia y actuemos sólo para nuestro interés egocéntrico”.