60 entradas para el cine, destinadas a algunas de las familias que peor lo están pasando con la crisis. Este es el regalo de Reyes de las chicas y chicos del Grupo de Pastoral Vedruna del colegio de La Palma del Condado (Huelva).
La entrega al Ayuntamiento se hizo poco antes de las vacaciones de Navidad, con la participación del alcalde y de la concejala de Servicios Sociales. Pero se trataba en realidad de un proyecto que venía de atrás. Siguiendo un esquema de trabajo similar al Aprendizaje-Servicio, “Una Navidad de Cine” ha servido a unas 80 alumnas y alumnos de entre 3º y 6º de Primaria para concienciarse sobre las necesidades sociales de su entorno y empaparse con la historia y problemática actual de la industria del cine.
Rubén Valenciano, responsable de Pastoral del Colegio Vedruna, buscaba alguna actividad “muy directa, dinámica y práctica” para implicar al grupo de Pastoral, tras dos años de interrupción por la pandemia. De ahí surgió la propuesta de una acción social centrada en el cine. Primero hubo sesiones en el colegio, con documentales sobre la historia del séptimo arte, y sesiones más festivas, en las que cada grupo se disfrazó para interpretar escenas de sus películas favoritas.
El proyecto se llevó a cabo en colaboración del cine de la localidad, que explicó al alumnado la evolución tecnológica, “desde cuando había que dejar un intermedio, el tiempo que los trabajadores de cámara tardaban en rebobinar, hasta las nuevas tecnologías digitales”, cuenta Rubén Valenciano. También se les explicó el funcionamiento actual de la industria de las salas de cine, y por qué ciertas películas resultan demasiado caras para poderlas traer a una localidad del tamaño de La Palma del Condado.
En el aspecto social, el Aula Social Vedruna del colegio se ha volcado en los últimos meses en ayudar a las familias que peor lo están pasando con la crisis, facilitándoles aspectos como la adquisición de material tecnológico o de los uniformes escolares. Sin ahorrarles la descripción de este tipo de situaciones, se quería evitar, al mismo tiempo, la estigmatización de las familias receptoras de ayuda. “Este es un pueblo pequeño, y al final todos nos conocemos”, explica el responsable de Pastoral.
Por ese motivo se tomó la decisión de canalizar el donativo a través del Ayuntamiento. Lo cual, de paso, hizo que las chicas y chicos lo vivieran “con mucha emoción”, con “muchos nervios al principio por ir a ver al alcalde”. Y gracias a esta repercusión pública, pudieron de paso tomar conciencia de cómo acciones pequeñas y simbólicas tienen el potencial de generar importantes cambios.
Lo recaudado alcanzó finalmente para 60 entradas, el regalo de Reyes para algunas de las familias que peor lo están pasando con la crisis, de parte de las chicas y chicos del Grupo de Pastoral Vedruna.