Fue “la hora” para Joaquina aquel 26 de febrero, hace 196 años. Es “la hora hoy, de ampliar ‘con Joaquina’, nuestra mirada
Cargada de hijos, de amores y desamores a lo largo de la vida, de contradicciones y cambios de planes. Ahora sí, llena de una experiencia de fe que ya es plenitud a sus 42 años, anda ligera en la fría madrugada de Epifanía de 1826, camino del palacio episcopal de Vic. Ha llegado la hora, por fin, de su consagración definitiva.
Y hoy, 26 de febrero, pasados veinte días, comenzarán a caminar juntas, ella y aquellas muchachas pobres que deseaba abrazar en su casa. Estaba convencida: El espíritu de Jesucristo no quiere otra cosa que practicar la caridad y la humildad, y vivir en pobreza.Una nueva familia se instalaba en el Manso Escorial. Joaquina vive una maternidad novedosa, con ánimo resuelto y entregado.
Estaba segura: Tengamos el espíritu en Dios que todo lo puede y emprenderemos lo que Él quiera. Y comenzó sus andanzas para establecer presencias sin importarle los fracasos primerizos, las leguas y leguas montada en un jumento o en una mala diligencia. Educar, sanar; los preferidos serán las descartadas, niñas, mujeres; los pobres sin voz.
Era imprescindible dialogar, discernir antes de firmar convenios con las instituciones que solicitaban una comunidad de hermanas. Con el tiempo fue necesario el uno de las gafas[1]. Gafas de corto alcance, sí, no había otras; pero la mirada interior de Joaquina era otra manera de mirar, de largo alcance, hacia dentro y hacia fuera.
Como bien decía: Cuando ponemos en obra alguna cosa que nuestro fin no sea más que uno, el bien del prójimo y dar gloria a Dios; el Señor lo cuida y todo se ilumina.
¡Y como recibiría hoy la iluminación en torno a la cuestión de fondo del CGA 2021: somos mujeres Vedruna,en una Iglesia sinodal, profética y en salida! Sería un reto para ella, consecuentemente lo es para nosotras.
Fue “la hora” para Joaquina aquel 26 de febrero, hace 196 años. Es “la hora hoy, de ampliar ‘con Joaquina’, nuestra mirada y reconocer que todos y todas somos necesarios, tenemos nuestro lugar y así expresamos en su pluralidad el carisma compartido”.
Joaquina nos impulsa a vivir en una actitud concreta y constante:Amor y más amor, que nunca dice basta.
(En la foto las gafas auténticas de Joaquina)
Teresa Llach ccv
Casa Mare. Vic