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Catalina Serna, «mujer de cuidado»

Catalina Serna, «mujer de cuidado»

Hoy en día se dice que estamos en tiempos de cuidados, y comparto esta afirmación. Cuando pienso en Catalina eso es lo primero que me sale para definirla. Mujer y testigo de lo que significa vivir “con cuidado” en el pleno sentido de la palabra:

– Catalina pensaba, no actuaba a impulsos. Ante todos y todo se movió con reflexión lúcida.

– Su modo de hacer fue efectivo y práctico. Catalina no retardaba las decisiones, ni las dejaba en papel. Emprendió una renovación muy importante en nuestra Familia Vedruna, dejándose guiar por el Espíritu.

– Mostró la claridad, confianza y respeto propios del cuidado en sus relaciones con las hermanas y con quienes se encontraba. Hoy en día, que gracias a Dios, crece la sensibilidad y responsabilidad ante los abusos de todo tipo, la memoria de Catalina es aliento para trabajar sin cesar por la protección y el buen trato.

Su libertad, que en ella fue don y tarea, le hizo salir al encuentro diciendo “sí” cuando percibía sí, y “no” cuando así lo pensaba, sin enfrentarse ni congraciarse con sus interlocutores. Apasionada de la escucha y el diálogo de discernimiento, con atención especial a las generaciones más jóvenes, apoyó iniciativas y alentó la concreción de los deseos en proyectos siempre a favor de más vida para todos.

En las difíciles, arriesgadas y diversas marchas hacia la renovación Vedruna en sus largos años de gobierno, Catalina, como lideresa de la familia, permaneció “con cuidado” al lado de las y los que se lanzaban a la aventura de abrir caminos acordes a la vocación en los “tiempos recios” de su momento, como decía Teresa de Jesús. Cuidado para afrontar dificultades; no dejarse vencer por las resistencias; mediar en conflictos, compartir búsquedas, celebrar hallazgos. ¿Cómo lo hizo? Desarmada de prejuicios y afanes de dominio, revestida con las armas de la comunicación clara, la confianza e implicación de todas, el ejercicio del liderazgo compartido.

Pensándolo ahora con perspectiva, yo creo que Catalina tuvo muy clara la conciencia de ser mediación para hacer posible en nuestra Familia Vedruna, el sueño y propuesta del Concilio Vaticano II: compartir alegrías y sufrimientos con la gran familia humana, de la que todos formamos parte, hasta sentarnos juntos/as en la mesa de la inclusión. Dicho con palabras de Joaquina: “que mis brazos se alarguen para abrazar las necesidades de todos los pueblos”; etc.

Creo sinceramente que las hermanas – testigos, son un patrimonio inmaterial que, en estos tiempos, también recios, nunca podremos agradecer suficientemente. Gracias por ofrecerme esta oportunidad de compartir lo que de Catalina “he visto y oído”.

Concluyo esta breve reflexión con dos experiencias que tuve como hermana general y que apoyan la verdad de la TESTIGO.

Converso con un Monseñor del Vaticano. Le expreso nuestra alegría que tuvimos como FV cuando recibimos la aprobación de las Constituciones Renovadas. Sabía de las resistencias mantenidas para que pasaran algunos de los números más atrevidos o “rompedores de la tradición”. Con una amplia sonrisa y humanidad me contestó: “La Madre Catalina tuvo tanta inteligencia y sentido práctico y teologal al defenderlas, era tan sabia y precisa en su argumentación, que realmente le puedo decir que cuando ella entraba por estas puertas vaticanas, todos nos quitábamos el sombrero”.

En cuanto pude viajé a Vitoria para confiarme a esa mujer que admiraba y quería. Deseaba pedirle su bendición y agradecerle cuanto había hecho y sufrido en el proceso de renovación Me dijo con gran ternura: Sisita, pasé malos momentos, es verdad, pero conté con muchas hermanas jóvenes que empujaban. Tú tienes que acompañar ahora a una Congregación envejecida, cansada, que parece que no empuja, pero lo hace de otra manera… Intenta siempre alentar la sabiduría y experiencia acumulada que contienen en su alma y cuenta con todas ellas para seguir aportando lo que ahora nos toca hacer: asentar con solidez esos cambios, no nacidos de la “modernidad” sino del Espíritu. Y sigue alentando también el sueño de las jóvenes. Necesitarán como nunca que se escuche su palabra en nuestros foros, minoritaria pero cargada de vino nuevo. No dejes que “los odres” no puedan contenerlo. Ofréceles siempre una sólida formación y un cálido acompañamiento.

Sisita Fiol

Fecha

febrero 25, 2022

Categoría

Opiniones