Varios alumnos y profesores del colegio de Nuestra Señora de La Unión visitan estos días EE.UU. para exponer el “Proyecto Luffa”, que desde la metodología “aprendizaje servicio” ha ideado una forma de revertir la contaminación del Mar Menor.
El proyecto fue uno de los 15 seleccionados entre alrededor de 2.000 propuestas para The Challenge, programa educativo de emprendimiento sostenible organizado por EduCaixa. Las chicas y chicos participantes son alumnos de los dos últimos cursos de la ESO (3º y 4º), Bachillerato y grado medio de FP. Para esta edición, la Fundación La Caixa estableció que los proyectos deberían estar alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Las propuestas ganadoras fueron seleccionadas en un encuentro celebrado en mayo en Barcelona al que fueron invitados los cien proyectos finalistas.
Como colofón final de The Challenge, los centros galardonados han presentado sus proyectos en la sede de la ONU en Nueva York. Los participantes estuvieron arropados por el Alto Representante de las Naciones Unidas para la Alianza de Civilizaciones, el exministro español de Asuntos Exteriores Miguel Ángel Moratinos, y el embajador de España ante la ONU, Héctor Gómez.
La estancia en Estados Unidos incluye además diversos eventos culturales y encuentros de trabajo, con visitas a algunos de los principales centros académicos del país, como el Instituto Tecnológico de Massachussets y las universidades de Yale y Columbia.
El proyecto ha sido también presentado al Ayuntamiento de La Unión, a la Consejería de Educación de la Región de Murcia y a la Asociación de Empresarios del Mar Menor.
El Proyecto Luffa
Luffa es un proyecto interdisciplinar, abarca las áreas de Geografía e Historia, Biología, Química y Digitalización, desde una metodología de aprendizaje servicio, caracterizada por el aprendizaje por proyectos y la aplicación de los contenidos del aula a propuestas innovadoras que revierten en beneficio de la comunidad.
La propuesta busca ofrecer ideas a uno de los grandes problemas medioambientales en España y Murcia: la contaminación del Mar Menor, amenazado por la agricultura intensiva y la masificación del turismo, del que depende la economía que bordean los 73 kilómetros que tiene la laguna salada. Los vertidos contaminantes convierten al Mar Menor en una zona degradada, con zonas de algas y fangos, alejada de la idílica imagen que existía hasta hace no tantos años. Los episodios de hipoxia (falta de oxígeno) han traído la muerte por asfixia de cientos de kilos de peces, llegando a poner en peligro a distintas especies como el caballito de mar las o anguilas.
Frente a esta situación, la propuesta del colegio Vedruna Nuestra Señora de La Unión consiste en implementar filtros vegetales de luffa, una planta del orden de las cucurbitáceas que posee una estructura en forma de red de microtubos, con un entramado fibroso y poroso. El fruto de esta planta tiene la propiedad de permitir el paso del agua, y según experimentos hechos en el laboratorio del colegio, con la colaboración y aval de la Universidad Politécnica de Cartagena, absorben una muy alta proporción de nutrientes, fosfatos y nitratos, principales responsables de la contaminación del Mar Menor. Está demostrada también la capacidad de esta planta de absorber metales pesados, hidrocarburos, pesticidas, fenoles…, y el Proyecto Luffa ha demostrado también que resulta un medio eficaz para retener microplásticos.
El Proyecto Luffa propone situar estos filtros en las ramblas que desembocan en el Mar Menor, impidiendo – por absorción electrostática– la acción contaminante de nitratos y fosfatos procedentes de la agricultura (Ramblas del Albujón, Los Alcázares y Miranda) y metales pesados de restos de estériles mineros (Ramblas del Beal, Ponce y Carrasquilla). La reducción generada en el nivel de fosfato, según las mediciones realizadas en el colegio, se sitúa en torno al 70% en torno al tercer o cuarto día.
La luffa utilizada es un producto circular. Los prototipos utilizados usan elementos sostenibles y biodegradables. Una vez utilizados, tras su secado y triturado, los restos se mezclan con sustrato y se utilizan como fertilizantes.