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El alcalde de Vigo entrega a Cándida Rico el premio a la “Galega destacada”: “Quería venir tanta gente como para llenar Balaídos”

El alcalde de Vigo entrega a Cándida Rico el premio a la “Galega destacada”: “Quería venir tanta gente como para llenar Balaídos”

“Soy monja, mujer, maestra, montañera, apasionada de la música y amante de Vigo”. Así se ha definido este domingo la Vedruna Cándida Rico al recibir el reconocimiento de “Galega destacada” que cada año otorga a una personalidad femenina local el colectivo feminista Diálogos 90.

La religiosa reconoció haber sentido vértigo cuando se le comunicó el premio. Fue la escritora y antigua alpinista Chus Lago, su antigua alumna, quien le animó a dejar esos miedos a un lado: “Tu reconocimiento es también el nuestro, porque formamos parte de tu historia. Has influido en nuestras vidas, querida profesora”, le dijo la también exconcejal en el Ayuntamiento de Vigo. “Ella me pidió que disfrutar de este momento y es lo que voy a hacer”

Hizo la entrega del premio el alcalde de la mayor ciudad de Galicia, Abel Caballero, quien resaltó el cariño de tantas personas por la religiosa. “Quería venir tanta gente como para llenar Balaídos”, el estadio en el que juega el equipo de fútbol local, el Celta, dijo.

Marita Vázquez de la Cruz, presidenta de Diálogos 90, puso en valor la labor de Cándida Rico con distintas generaciones de niñas de Vigo, resaltando tanto la creación del Club de Montaña Monte Ceibe como los coros que puso en funcionamiento.

Todo ello, desde una vocación religiosa profundamente comprometida con el entorno social. Cándida Rico definió de esa vocación religiosa como “una historia de amor desde Dios para los demás”.

Enviada por la congregación Vedruna, llegó al colegio de María Inmaculada en 1970, a los 36 años. Buena parte de su labor pedagógica la haría, sin embargo, fuera de las aulas, con el coro que puso en marcha y con los campamentos y las excursiones a la montaña. Una pasión que todavía conserva Cándida Rico. “¿Alguna vez han rapelado una pared?”, preguntó al auditorio. “Deberían probarlo. Es casi como volar”,

“La montaña es esfuerzo, tesón y superación como la vida, porque eso es la vida”, prosiguió, recordando a “aquellas jóvenes que me miraban atónitas… Veo botas pegadas a la hoguera, ojos hipnotizados por el fuego. Recuerdo frío, humedad, niebla, nieve y esfuerzo. Veo aquellas mismas botas encharcadas de agua, atravesando caminos anegados en dirección a las cumbres”.

Cándida Rico entrega a Chus Lago su pañoleta de alipinsta. Arriba, con el alcalde de Vigo, Abel Caballero, y la presidenta de Diálogos 90, Marita Vázquez de la Cruz

 

El premio fue, en cierto sentido, también el traspaso de un legado a esas antiguas alumnas representadas por la célebre alpinista y escritora. “Quiero entregar mi pañoleta de montañera a Chus Lago porque es una de las personas que puede entender mejor lo que esta pañoleta significa para mí. La que puede compartir mis sentimientos y la que va a conservar con más cariño cuando yo no esté”, dijo Cándida Rico para concluir su discurso.

 

Discurso íntegro de Cándido Rico al recibir el premio a la «Galega destacada» 2024:

Excelentísimo señor Alcalde, querido Abel, Excelentísima corporación de Vigo,  queridas mujeres de Diálogos Noventa, Marita (su presidenta), alumnos y alumnas, compañeros de trabajo,  amigos de ayer y de hoy, mi querida familia, mi comunidad de hermanas y todos los que me acompañais:

Estoy emocionada, ilusionada, feliz y sorprendida. Recibir este reconocimiento de la mano de las mujeres que formáis Diálogos Noventa es un tremendísimo honor. Os llevo ya en mi corazón.

Cuando Marita me comunicó que este año, el galardón de Galega Destacada iba a ser para mí, me sentí sorprendida y eufórica, pero inmediatamente después sentí temor, ¿yo? ¿cómo que yo? Y me entró el pánico. Chus lago me dijo: Cándida: Tu reconocimiento es también el nuestro, porque formamos parte de tu historia. Has influido en nuestras vidas, querida profesora. Ella me pidió que disfrutara de este momento y es lo que voy a hacer.

Hablar de una misma siempre es difícil pero voy a intentarlo. Ser monja, Carmelita Vedruna es aceptar ser una mujer en retaguardia; es una entrega pero, en retaguardia no significa inmóvil, yo no he sido capaz.

La mía es una historia de amor, desde Dios para los demás, de pasiones que a la fuerza he tenido que compartir: he heredado la energía interminable de mi madre y la sensibilidad y amor familiar de mi padre.

Nací en Valladolid. Mis recuerdos infantiles son  familiares: 6 hermanos, cariño, educación, formación, trabajo.

Llegué a esta ciudad, Vigo, al Colegio de las Carmelitas en Pi Margall en 1970. Sólo tenía 36 años. Me sentí bien acogida desde el principio. Alguien me dijo una vez: “Vigo está hecha con gente que vino de fuera”. Esta ciudad es una mano abierta, está llena de oportunidades y de gente con sed de cultura. Vigo es la ciudad de miles de voces, de cientos de coros. Aquí estoy en casa.

Desde mi llegada a Vigo he dedicado mi tiempo a la enseñanza y al acompañamiento de niños y jóvenes en diferentes actividades.

Les voy a contar algunas de ellas:

Corrían los años setenta, las monjas de mi congregación vestíamos con un hábito que muchas veces sólo dejaba ver nuestros zapatos. Imagínense, un sábado cualquiera: Después de la oración y desayuno, subo a mi cuarto. Dejo mi hábito colgado en el armario, Me visto unos pantalones. Agarro la mochila y salgo a la calle. Como un sábado más me llevo conmigo a un centenar de niñas a la montaña. Así es como nació el Club de montaña Monteceibe. Las socias del club eran niñas y adolescentes del colegio que compartían jornadas al aire libre con montañeros de otros clubes.

¿Alguna vez han rapelado una pared? Deberían probarlo. Es casi como volar, “Todas las cosas son imposibles, mientras lo parecen” dijo Concepción Arenal.

Cincuenta años después, aquellas jóvenes que me miraban atónitas, todavía  recuerdan con alegría. Veo botas pegadas a la hoguera, ojos hipnotizados por el fuego. Recuerdo frío, humedad, niebla, nieve y esfuerzo. Veo aquellas mismas botas encharcadas de agua, atravesando caminos anegados en dirección a las cumbres.

La montaña es esfuerzo, tesón y superación como la vida, porque eso es la vida: la vida para la que se estaban preparando. Cada una tendría su propio proyecto pero el camino que ellas trazaron ya estaba impregnado de aquellas vivencias.

Organicé también desde hace más de 40 años campamentos en Candelario, el pueblo de mi padre. En los primeros años ofrecía mi casa familiar para hacer el campamento allí y que de esta manera resultará más económico. Estos viajes a Candelario posibilitaron que muchas niñas que no tenían otra forma de viajar conocieran lugares diferentes y personas con distintas culturas también diferentes gastronomía como los embutidos tan conocidos de esta zona.

Amigos, como profesora de música en mis aulas, fueron muchos niños y niñas a los que enseñé a leer y a tocar con la flauta partituras de Chopin, Beethoven, Bach… les llené el cerebro, no sólo de conocimiento sino de luces y de fiesta y eso me deja una gran satisfacción.

En este tiempo también nació el Coro de alumnas del colegio acompañado por la Rondalla que dirigía Alberto Villar. Con las alumnas participamos en muchos concursos de villancicos y otros géneros musicales.

Con los padres y madres también fundé un coro que lleva funcionando cuarenta años, y algunos ya son abuelos. Hemos puesto en escena Zarzuelas, canciones de la tuna (vestidos con sus capas, las cintas y sus panderetas) y la animación musical de las Eucaristías colegiales.

Hemos participado en los festivales de Galicia Social  que organizaba el amigo Luis Martínez Salgado y  que tanto valor dio a la animación de tantos grupos: rondallas, ballet, coros, danza española, danza contemporánea, grupos de cuerda etc. En una ocasión fuimos premiados con la entrega de una Placa Honorífica por nuestra constante participación.

Como soy un alma inquieta, he sido directora  del Coro Lembranzas Galegas, grupo que tiene su sede en la Asociación Vecinal de Barreiro. Nuestro repertorio incluía fragmentos de Zarzuelas, cantos tradicionales gallegos y cantos religiosos para distintos momentos, colaboraciones con otros grupos, villancicos y actuaciones en muy distintos lugares.

Colaboro desde hace muchos años con la parroquia de San Francisco de Asís de diferentes maneras en especial como catequista y animadora. Creo que la fe es una experiencia de comunidad y la principal comunidad es la parroquia..

Hace unos años llevé la Presidencia de CONFER (Federación  de religioso/as, de la Diócesis de Tui-Vigo) y desde allí intenté fomentar la comunicación fraterna entre todos los Religiosos/as de la Diócesis.

Otro campo donde he vivido mucho y he sido muy feliz son los  ENCUENTROS Y FESTIVALES de Cristianos sin fronteras. Los Encuentros  Misioneros Silos en el  Monasterio de Silos (Burgos).  En tiendas de campaña acampan unos 800 chicos y chicas que viven unos días en un ambiente de compartir, de amistad y de vivir una realidad cristiana diferente. He vivido este encuentro a lo largo de cuarenta años y he acompañado muy de cerca a estos jóvenes. Las veo tumbadas en el suelo de su tienda de campaña, con la cabeza fuera, apoyadas sobre la hierba, mientras contemplan las estrellas y,la luna, a pesar del frescor de la noche y las oigo susurrar en animadas conversaciones,  Me viene a la mente una canción: En Silos hay un lugar donde tú fuiste feliz.

Con los Festivales de la canción misionera nos hemos recorrido España entera (y aún me quedan algunas ciudades por visitar, eh?): Granada. Zaragoza, Valladolid, Madrid, Mérida, Burgos, León, Santander, Roquetas de Mar, Zamora, Salamanca, Valencia, Pamplona, Bilbao, Segovia.. Fuimos tres veces anfitriones en Vigo. Recuerdo la acogida que tuvieron los asistentes en la Plaza de la Constitución. En todos los balcones ondeaban las banderas de todos las comunidades autónomas. Llenaron de música la  plaza de la Miñoca, Samil, las callejuelas del casco vello … Dieron testimonio de su alegría agradeciendo la acogida recibida.  Tres mil chicos y chicas fueron  muy bien recibidos por los representantes de nuestro Concello de Vigo. Todos los colegios de Vigo ofrecieron su hospitalidad a la hora de descansar por la noche. Vigo, eres grande en acogida.

En los años 80 nació la Asociación de Antiguas alumnas de Carmelitas, mujeres de nuestra ciudad que espero se hayan sentido siempre acogidas en este colegio, no sólo en sus años de estudios, sino a lo largo de su vida. Todas las promociones se reúnen a los 25 y 50 años de su salida del Colegio. Se les convoca para celebrar con alegría queriendo revivir años felices de la infancia. No puede faltar la famosa Chocolatada que se organiza todos los años antes de la Navidad.

A punto de cumplir Cien años en Vigo, las Carmelitas deseamos que todo esto siga adelante dando vida a nuestra ciudad para bien de niños y jóvenes.

En mi vida no todo es pasado por ello sigo formándome en la Escola Galega de Espiritualidade en Santiago de Compostela con el profesor D. Andrés Torres Queiruga.

Y sigo disfrutando entregada en cuerpo y alma a esta ciudad, Vigo, que me ha dado tantas oportunidades y tantos amigos para vivir y dar lo mejor de mi misma. Nuevos retos, nuevas ilusiones rondan mi cabeza incansable.

Soy monja, mujer, maestra, montañera, apasionada de la música y amante de Vigo. He sido y soy todo eso más allá de las aulas, del trabajo, de los horarios y de los muros de mi casa.      ¡Moitas grazas!

Quiero entregar mi pañoleta de montañera a Chus Lago porque es una de las personas que puede entender mejor lo que esta pañoleta significa para mí. La que puede compartir mis sentimientos y la que va a conservar con más cariño cuando yo no esté.

Fecha

febrero 11, 2024

Categoría

Nacional