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Filo Hirota: “Debemos hacer visible la cara femenina de Dios”

Filo Hirota: “Debemos hacer visible la cara femenina de Dios”

“Un grupo oprimido, si no alza la voz, no consigue que cambien las reglas”, dice la antigua coordinadora general de las Mercedarias de Bérriz en la ponencia central del CGA, sobre “Mujeres Vedruna en una Iglesia sinodal, profética y en salida”.

 

En la reflexión acerca de la mujer en la Iglesia, no está en juego “solo la liberación de la mujer”. Tan decisivo o más es es el reto de “liberar la cara femenina de Dios, que es Padre y Madre; hacerla visible”, para ofrecer al mundo una imagen Suya que no esté sesgada ni distorsionada. Está en juego nada menos que “la sacramentalidad” de la Iglesia» y “la credibilidad” del anuncio que se hace hoy del Evangelio.

Filo Hirota, antigua coordinadora general de las Mercedarias de Bérriz, fue la encargada de desarrollar en una ponencia el tema central del Consejo General Ampliado (CGA) que se celebra del 10 al 25 de abril, con el lema “Mujeres Vedruna en una Iglesia sinodal, profética y en salida”. Un guiño más a Japón, donde estaba previsto celebrar este CGA hasta que se interpuso la pandemia. Pero sobre todo un claro gesto de complicidad y comunión con una de las personalidades de la Vida Religiosa que con más valentía y sentido evangélico ha sabido plantear el problema de la discriminación a la mujer en la Iglesia.

Hirota contrapuso la actitud a menudo “revolucionaria” y “contracultural” de Jesús de Nazaret y de las primeras comunidades cristianas con la misoginia oficial que terminó imponiéndose, y que se encuentra también en algunos textos de Padres de la Iglesia como san Agustín o santo Tomás.

Con el Vaticano II se abre por fin una ventana para la deconstrucción crítica de muchos elementos que, a fuerza de costumbre, terminaron por confundirse con la verdad revelada. La eclesialidad del Concilio es una de las hojas de ruta más claras del pontificado de Francisco , que en los últimos años ha dado algunos pasos decisivos, modificando aspectos del derecho canónico que consagraban esa discriminación, o realizando nombramientos de mujeres para responsabilidades hasta ahora vedadas a la mujer en la Iglesia.

Uno de las principales voces que le han animado a moverse en esta dirección ha sido la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG), que representa a las máximas responsables de las congregaciones religiosas femeninas, que conforman el 80 % de la Vida Religiosa, pero que llamativamente tradicionalmente han tenido solo una representación testimonial en organismos como la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.

Hirota recordó cómo, en 2014, “desde la UISG preparamos una carta para el Papa”, exponiéndole una serie de peticiones. Cuatro veces enviaron la misiva, que no llegó a las manos del Pontífice hasta que, en 2015, durante el Sínodo de la Familia, su presidenta pudo entregársela en mano. De ahí surgió el famoso encuentro de Francisco y la UISG en 2016, en el que, en respuesta a una pregunta de la propia Filo Hirota, el Papa aceptó estudiar la posibilidad de recuperar la figura del diaconado femenino.

Otros temas que preocupan a la UISG es la infrarrepresentación femenina en los órganos donde se toman las principales decisiones en la Iglesia, o la escasa presencia de mujeres en la formación de los futuros sacerdotes, que pierden así la posibilidad de “enriquecerse” con una visión más amplia y real sobre la Iglesia y sobre la propia sociedad.

Poner fin a ese sesgo de género en la institución eclesial, cree Hirota, es un requisito fundamental para fortalecer la misión. Por eso hoy la Vida Religiosa femenina está llamada a trabajar por la inclusión. Por la inclusión, en primer lugar, de las mujeres, porque, “si no hablamos, no va a cambiar nada. Un grupo oprimido, si no alza la voz, no consigue que cambien las reglas”. “Deberíamos seguir hablando con una libertad compasiva y audaz, para que la Iglesia sea otra vez realmente la Iglesia de Jesús de Nazaret”, apostilló.

Pero esa inclusión que va más allá; no se queda en la cuestión específica de la mujer, sino que, según Filo Hirota, se traduce el compromiso de la Vida Religiosa femenina con la “interculturalidad” y en la misión de “construir una sociedad donde cada persona encuentre un lugar donde vivir en paz y con serenidad”.

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Fecha

abril 14, 2021

Categoría

Internacional