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Hermanas mártires

Hermanas mártires

Cullera. 22 septiembre 2020 Este año a pesar de la pandemia que sufrimos, la parroquia de los Santos Juanes de Cullera congregó a actuales y antiguas alumnas y profesores y feligreses con los que compartimos la Eucaristía, uniéndonos a la Iglesia de Valencia en la celebración de los Mártires valencianos, entre ellos, nuestras Hermanas; los cantos elegidos, “Cantemos al amor de los amores”, “Cerca de ti Señor” y el “Himno a Santa Joaquina” son especialmente emotivos y sentidos con especial devoción, por todas nosotras.

El celebrante, D. Carlos Pabon nos recordó en la homilía, la confianza de las HH en la Palabra de Dios: “Guárdalos en tu nombre para que sean uno, así como nosotros”( Jn 17) Ellas nos enseñan a perdonar como Jesús en la cruz: “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen”.(Lc23,34)

Una Hermana leyó una introducción al comenzar la Eucaristía, de la que extraemos lo siguiente:

….Entre los centenares de mártires, nos detenemos en un pequeño grupo de religiosas Hnas. Carmelitas de la Caridad.   Corría el año 1878, cuando el matrimonio formado por Don Agustín Bou y Rita Gomis, trataron con la Madre General Paula Delpuig para que vinieran las Hnas.  y se acordó que se haría un Colegio-Asilo para huérfanas en memoria de su hija fallecida. La casa era espaciosa, para unas cincuenta niñas, pero con los años se amplió y llegaron a ser trescientas, contando no solamente a las internas, sino las externas y las de media pensión. El pueblo quería a las Hnas.; ellas realizaban con gozo y dedicación sus tareas de educación y cuidado de las niñas, siempre deseando que estas crecieran con fe, amor, libertad y autonomía, para que se convirtieran en mujeres adultas, generadoras de valores que fomenten una sociedad mejor.

 “Os aseguro que, si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto …el que tiene apego a su vida la perderá; y el que no está apegado a su vida en este mundo, la conservará para la Vida eterna”.(Jn12,24) Nos podemos imaginar cómo serían sus momentos de oración esos días, mejor aún, su vida hecha oración y entrega. No se entrega la vida en el momento de la muerte, sino son vidas entregadas en los gestos de cada día, año tras año, desde un amor profundo a Jesucristo y a las niñas.

Antes de morir cantaban el “Cantemos al Amor de los Amores”, refirmando el sentido de sus vidas. Cada latido de su corazón susurra: ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? (Rom8,35), nada puede separarles del Amor que fundamenta su existencia

Esta celebración no es un mero recordatorio sentimental, sino una memoria VIVA y AGRADECIDA. Por todo ello demos gracias al Señor.

Isabel Martínez, ccv

Fecha

septiembre 30, 2020

Categoría

Local