El Consejo General Ampliado (CGA) marca las tres prioridades de la Familia Vedruna para los próximos años.
La mujer en la Iglesia y en la sociedad, la ecología integral y la revisión de las estructuras internas en la congregación. Estas serán las áreas de trabajo prioritarias hasta el próximo capítulo general, según decidió este sábado el Consejo General Ampliado de manera prácticamente unánime.
La general, María Inés García, resaltó que esto significa que se trabajará sobre estas cuestiones a nivel de comisiones, pero que el objetivo es que “se vivan y se trabajen realmente en las comunidades” y que se “asuman mayores compromisos”. Sin que esto signifique –matizó– que el resto de temas vayan a dejarse de lado.
Carta a la Familia Vedruna
Previamente, Mertxe Eraso, Montse Fenosa y Marisol Sánchez presentaron un primer borrador de “Carta del CGA a la Familia Vedruna”. El documento empieza recordando que Japón debía haber sido la sede de este encuentro. La pandemia trastocó los planes y supuso una seria decepción. No obstante, la modalidad de celebración telemático facilitó una participación más amplia, inimaginable en otras circunstancias.
La propia pandemia ha estado presente de principio a fin del CGA, como circunstancia inesperada que irrumpió y dejó expuestas “nuestra vulnerabilidad y fragilidad”, pero también hizo que emergiera “nuestra creatividad para permanecer fieles, recreando nuevas formas de relaciones en nuestras casas y con nuestros pueblos, de cuidado, de compartir comunitario y de solidaridad con el pueblo que sufre”.
Alude también el texto a la encíclica Laudato si y al Sínodo de la Amazonía, con su exhortación postsinodal. Toca ahora “ahondar más” en este magisterio “hasta asumirlo como estilo de vida”.
Con respecto a la situación de la mujer, se alude a la necesidad de cuestionar la cultura patriarcal en la Iglesia para hace visible “el rostro femenino de Dios”. Tomando como aliados a varones, que sueñan también con una Iglesia verdaderamente sinodal, con “relaciones sanas e igualitarias”, liberado de un “clericalismo“ que confunde ministerio sacerdotal con el monopolio en la toma de decisiones. En línea con muchas de las intervenciones durante el CGA, el documento expresa su esperanza a que el próximo sínodo sobre sinodalidad pueda marcar un punto de inflexión.
Al margen de esto se recogen asuntos como el documento sobre Identidad y Misión, las diferentes formas de pertenencia y vinculación a la Familia Vedruna, los nuevos lazos creados entre grupos de jóvenes de las distintas provincias, los esfuerzos por coordinar mejor la formación o los lazos que se van forjando entre las hermanas más jóvenes.
También se alude a la misión de las escuelas Vedruna, claramente en sintonía con la propuesta del Pacto Educativo lanzada por el Papa Francisco.
En lo que respecta al cambio de estructuras, para adecuarlas “a las necesidades actuales”, se alude a la necesidad de un cambio de mentalidad para “desprendernos de lo obsoleto”. Ello exigirá “formarnos para un liderazgo realmente compartido”, desde una verdadera corresponsabilidad. Partiendo siempre de la escucha conjunta del Espíritu para permitir que “el Resucitado irrumpa en nuestras comunidades”.