El 6 de febrero de 2014 en la playa del Tarajal de Ceuta, tuvo lugar una tragedia en la que no solo murieron 14 personas en el agua tratando de llegar hasta la costa ceutí y fueron devueltas otras 23 en esa misma mañana a Marruecos, sino que se puso de manifiesto un sistema fronterizo cruel y deshumanizante que relega a las personas migrantes y refugiadas en general a una categoría inferior como personas. Esto se constata aun a día de hoy, tras 11 años desde que tuvo lugar aquella tragedia, puesto que no se ha hecho justicia, no se ha contado la verdad, no se ha reparado a las víctimas y a sus familias, y, además, es una situación que se sigue repitiendo a día de hoy en forma de devoluciones en caliente, la violencia en la ruta y en las fronteras, los acuerdos internacionales de externalización de fronteras y, en consecuencia última de todo esto, la vulneración de los derechos humanos y la dignidad de miles de personas a las que se criminaliza por cometer el único “delito” de buscar unas condiciones de vida mejor en otras costas.
Desde entonces, desde ese mismo año, en Ceuta se han estado convocando año tras año las “Marchas por la Dignidad” como actos públicos en los que participan cientos de personas de contextos y orígenes muy diversos en pos de un fin común: exigir verdad, justicia, reparación y no repetición. Año tras año, personas, grupos, colectivos y entidades de defensa de los derechos humanos se reúnen en la ciudad para alzar la voz contra el silencio administrativo y el olvido de aquella tragedia, para denunciar las continuas muertes y desapariciones en nuestras fronteras y para exigir unas políticas migratorias que garanticen vías legales y seguras en condiciones de igualdad y justicia para todas las personas.
Paralelamente, otras organizaciones de defensa de los derechos humanos con las que desde Elín colaboramos y trabajamos en red, se ha seguido un proceso judicial que, tras muchos cierres y reaperturas en diferentes instituciones judiciales del estado, actualmente se encuentra a la espera de la resolución de un recurso de amparo presentado y admitido a trámite en junio de 2023 por el Tribunal Constitucional.
Desde Elín, observamos con esperanza esta posibilidad que se abre a través del Tribunal Constitucional, pues se haría justicia no solo para las víctimas de aquella tragedia, sino también para sus familias, que desean poder dar una sepultura digna a sus seres queridos y que se reconozca su dignidad, dado que hasta ahora a los familiares que han solicitado venir a Ceuta se les ha negado el permiso de poder hacerlo. Con éste, son ya 11 años sin poder dar una sepultura digna a sus hijos, hermanos y amigos.
En este sentido, pensamos que es fundamental seguir movilizándonos, seguir sensibilizando y mantenernos firmes en la denuncia de esta tragedia y todas aquellas situaciones en las que se vulnera el derecho a circular libremente y la dignidad de quienes, ante la imposibilidad de acceder a vías legales y seguras, arriesgan su vida en el desierto, en el mar o en las vallas. Es importante seguir haciendo movilizaciones para que esto no se olvide y no se vuelva a repetir.
En el pasado año 2024, más de 10.457 personas murieron en las diferentes rutas de acceso hasta las costas españolas. Los datos de muertes y desapariciones de personas que tratan de llegar hasta España no hacen más que aumentar cada año. Frente a esta realidad, la respuesta de España y Europa es seguir aplicando una estrategia que, ya con la Tragedia del Tarajal, quedó claro que no funciona: reprimir, controlar y vulnerar. El lema de la XII Marcha por la Dignidad “Ante fronteras que matan, un pacto por el derecho a migrar. ¡Vías legales y seguras!” viene a denunciar concretamente eso: frente al Pacto Europeo de Migraciones y Asilo y la reciente reforma de la Ley de Extranjería, lo cuales, siguen la lógica de externalizar las fronteras y hacer más difícil llegar hasta España y Europa, desde la asociación Elín y las más de 200 entidades que cada año se adhieren a la Marcha, exigimos el respeto al derecho humano a la libre circulación y el hacer efectivas las vías legales y seguras para migrar, dejando de centrar recursos, esfuerzos y dinero público en reprimir y violencia en las rutas.
Si cualquiera de nosotros/as quisiera ir a África, solo tenemos que solicitar un visado que podemos conseguir fácilmente y viajar en avión en pocas horas a cualquier país. Las personas que llegan hasta Ceuta, Melilla, Canarias o las costas españolas, aunque lo soliciten y paguen mucho dinero, se les niega ese derecho y se les obliga a tomar la decisión de emprender una ruta que, en muchas ocasiones, acaba en muertes y desapariciones. En el artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos dice lo siguiente. “Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un estado, a salir de cualquier país, incluso del propio y a regresar a su país”.
Para nosotros/as, las personas que vienen son iguales en derechos y en dignidad. Son personas que traen muchas riquezas personales que pueden aportar, que podemos compartir y de las que podemos enriquecernos mutuamente. Las personas que llegan no vienen a quitarnos nada, sino todo lo contrario. Nuestro sistema de bienestar sí que les quita a ellos sus recursos naturales, dado que África es un continente rico en los recursos que se necesitan aquí.
Desde la Comunidad Vedruna de Ceuta tenemos muy claro el que todos y todas somos personas en igualdad de dignidad y derechos. Estamos convenidas de que el camino que se debe seguir es el de la acogida desde la igualdad, de la sensibilización mutua en nuestras riquezas personales desde la interculturalidad y la defensa de la vida de todas las personas, desde el empoderamiento, las nuevas narrativas y la participación actividad, no de forma paternalista, convicciones que llevamos a cabo a través de la asociación Elín. Es una plataforma que nos posibilita, además, trabajar en red con muchas otras organizaciones locales, nacionales e internacionales en la acogida, la sensibilización y la defensa de los derechos humanos. Desde Elín, tratamos de ampliar siempre estas redes y, sobre todo, hacer que nuestra labor y su importancia se conozca en más lugares.
La Frase de Santa Joaquina “Quisiera remediar las necesidades de todos los pueblos” está muy presente en nuestra actuación. La violencia, la inseguridad, las guerras y la pobreza siguen afectando en muchas partes de nuestro mundo a cientos de miles de personas, que toman la decisión de migrar, en ocasiones, como única alternativa. Es nuestra responsabilidad como parte de esta sociedad global acoger y dar respuestas a las necesidades de las personas que llegan hasta las puertas de nuestra casa, de nuestra ciudad y de nuestro lado del mundo.
Cande Gutierrez
Asociación Elín