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“No vale con no ser racistas. Tenemos el deber moral de hacer algo”

“No vale con no ser racistas. Tenemos el deber moral de hacer algo”

Vedruna Europa se ha sumado este sábado en Ceuta a la IX Marcha por la Dignidad, en recuerdo de las 14 víctimas fallecidas el 6 febrero de 2014 en la playa del Tarajal, mientras eran reprimidas por las fuerzas de seguridad españolas.

El caso, aún pendiente de un recurso presentado por varias entidades sociales como acusación popular ante el Tribunal Supremo, no está abierto únicamente en su dimensión legal. Solo se han identificado los cuerpos enterrados de cinco de los jóvenes que perdieron la vida aquel día. Los familiares de los otros siete todavía no han podido velarlos.

La conmoración es tanto un ejercicio de “memoria” como de “resistencia y reivindicación”, en palabras de la abogada Patricia Fernández, que moderó en la mañana del sábado una mesa redonda en el Salón de Actos del Campus universitario de Ceuta. A los diversos actos se ha sumado Vedruna, que, desde su comunidad en Ceuta, lleva a cabo una intensa actividad en defensa de los derechos de las personas migrantes, a menudo en colaboración con diversas entidades.

Los jóvenes del Tarajal fueron presentados como icono de las más de 4.000 personas que, según Caminando Fronteras, mueren cada año tratando de alcanzar las costas españolas. “No son víctimas de inclemencias del tiempo”, señaló el periodista Moha Carehou. Muchas ONG caen a menudo en el error de pensar que las autoridades desconocen el cúmulo de penalidades y vulneraciones de derechos humanos que las personas migrantes afrontan en las fronteras, y de que su trabajo consiste en llamar la atención sobre esas realidades. En realidad, apuntó, los poderes públicos cuando son perfectamente conscientes y cómplices de una situación diseñada precisamente para mantener a las personas migrantes en un rol de postración.

Al mismo tiempo, Carehou advirtió frente a determinados discursos desde el tercer sector que sistemáticamente identifican todo lo africano con tragedia, alimentando un enfoque asistencial que contribuye a perpetuar una mirada neocolonial y eurocentrista “para mirar desde arriba a los pobrecitos negritos, a los pobres moros. Pero sostener una mirada de frente…, eso no. Ahí la cosa cambia. No se atreven a mirar a los ojos”.

La antropóloga y periodista Sarah Babiker había profundizado en ese tipo de argumentos desde la etnografía, mostrando la eficacia en la construcción de relatos que presentan a la persona extranjera como amenaza a la seguridad nacional, cuando son precisamente ellas, incluidas las menores de edad, quienes viven continuamente expuestas a la violencia y la precariedad.

Relatos racistas que, en definitiva, aportan con gran eficacia legitimidad a un orden económico injusto, en el que los pueblos del sur son sistemática expoliados, según lo planteó Ramesés Azumik, uno de los organizadores de la Marcha. Parafraseando a la histórica feminista norteamericana Angela Davis, Azumik apuntó que, “en una sociedad racista, no vale con no ser racistas. Las personas conscientes de que algo no está bien tienen el deber moral” de hacer pedagogía, sensibilización y activismo. De eso, concluyó, trata esta IX Marcha.

Fecha

febrero 5, 2022

Categoría

Nacional