“Un colegio de cuidados”. Este fue el nombre de la actividad celebrada durante una semana en el colegio Vedruna de Villaverde (Madrid). La sexta ola de covid ha golpeado con dureza a las escuelas, pero también ha permitido a la comunidad educativa redescubrir la importancia de generar espacios en los que “compartir, alentarnos, cuidarnos…”, cuenta directora pedagógica de Infantil-Primaria y directora general del centro, la religiosa Eva María Ceñal.
Eva Mª Ceñal
Hasta ahora los coles habían resistido sorprendentemente bien al covid. De repente, todo ha cambiado. ¿Por qué? ¿Cómo lo estáis viviendo en Villaverde?
Los colegios tenemos elaborado, desde septiembre, el Plan de Contingencia, en el que se recogen los posibles escenarios que puedan ir surgiendo en esta situación del covid. El primer trimestre hemos estado más tranquilos a nivel de contagios, pero a la vuelta de Navidad han subido mucho las situaciones de alumnos/as positivos, padres, madres e incluso en nuestro barrio, familias que tienen alquiladas alguna habitación, al contagiarse el inquilino, por precaución, también se confinan a todos los miembros de la casa…
Fue complicada la primera semana de Navidad porque había que organizar todas las realidades posibles: niños/as que faltaban al colegio por enfermedades comunes u otras situaciones y a esto, se sumó las bajas de varios profesores y de la señora de la limpieza.
La primera semana fue muy estresante. La sensación general era como si lleváramos un mes en el colegio. Ahora no es que haya cambiado mucho, pero… ¡como que ya hemos normalizado este nuevo escenario educativo! Parece menos, pero seguimos con tensión.
También son generalizadas las bajas de docentes. Entre unas cosas y otras, ¿cómo crees que va a repercutir esta última ola en el alumnado? ¿Hay peligro de que este sea otro curso quizá no perdido, pero casi?
Los profesores también se contagian-. Y se van poniendo la vacuna, lo que supone que, al día siguiente, a veces no se encuentran bien y no pueden venir al colegio. Nos hemos encontrado días de no saber si podríamos tener todas las clases atendidas. Además, se añade el inconveniente de que no puedes mezclar a los alumnos porque están en grupos de convivencia, en las etapas de Infantil y Primaria, y menos aún en Secundaria, donde tienen que guardar todos la distancia de 1,2 metros como mínimo.
¿Podemos contratar a profesores para cubrir esas bajas? La Comunidad de Madrid ha hecho una normativa para agilizar esas bajas, pero está siendo un poco complicado llevarlas a la práctica en los centros, sobre todo porque, si tienes que contratar a un profesor/a nuevo para cubrirlas, tardas unos días en su selección: búsqueda del perfil, entrevista… Y cuando ya está todo a punto y empieza a trabajar, se incorpora el profesor titular que tenía el covid.
Pero no, no es un curso perdido porque este escenario ya es conocido y ponemos en marcha nuestro protocolo para atender online y presencial las distintas situaciones de los alumnos/as. Como decía Montserrat del Pozo en una ponencia de este martes de Escuelas Católicas, “el cambio va a ser la rutina”. Tenemos que vivir “como normalidad” lo desconocido e incorporarlo a nuestro proyecto educativo Vedruna. Joaquina supo dar respuesta a la realidad de su tiempo. Nosotros, educadores Vedruna, tenemos que saber dar respuesta desde nuestro carisma a este momento social que nos está tocando vivir y acompañar a nuestros alumnos/as para que tengan la mejor infancia y juventud posibles.
Cuando la pandemia pase, ¿va a ser posible retomar la normalidad como si nada, o va a ser necesario algún tipo de “plan de choque”, tanto para el refuerzo académico, como en el ámbito emocional?
En nuestro colegio nos han concedido refuerzos covid: tenemos en Primaria una profesora de apoyo covid a jornada completa, y en Secundaria nos han concedido 6,8 horas. Gracias a estos apoyos muchos alumnos/as están recuperando el desfase curricular que pudieron tener en el tiempo del confinamiento. Es verdad que nos gustaría tener más apoyos, pero es lo que tenemos. Sí que sería bueno seguir con ellos el próximo curso, pero eso ya no depende de nosotros, sino de la Administración educativa.
A nivel emocional los alumnos/as están muy necesitados de un acompañamiento y todo el equipo docente de la mejor manera posible, está dando respuesta con los medios y recursos que tenemos a estas situaciones.
Seguiremos acompañando a todos cumpliendo nuestros protocolos para evitar los contagios, incorporando todo lo que hemos aprendido de positivo en esta pandemia: humanidad, cercanía “presencial y online”, escucha, creatividad, adaptación para poner en práctica las nuevas tecnologías en las aulas, nuevas organizaciones…. Todo un reto que nos toca vivir en este tiempo.
¿Y el profesorado? ¿Cómo andáis de ánimo?
Los profesores tenemos nuestros momentos. A veces estamos desbordados por nuestras situaciones personales (salud, familia, contagios); otras veces nos desbordan las situaciones tan límites que viven nuestros alumnos; otras, la adaptación en el cambio de metodologías, teniendo que compaginar las clases online y las presenciales…También tenemos momentos de optimismo, ánimo, ilusión…
¿Y algún aprendizaje, algo que os haya servido de toda esta situación para crecer como profesionales y como personas?
Estos últimos días por ejemplo hemos tenido toda la semana la actividad “Un colegio de cuidados”, donde nos hemos llenado de gestos y cuidado los unos a los otros, y hemos culminado con el acto de la paz. Sentimos reavivar nuestra vocación de maestros en medio de esta realidad.
Vemos muy necesarios los claustros como momentos para compartir, para ir juntos, para alentarnos, cuidarnos… Espacios que teníamos antes de la pandemia como normalizados y que intentamos mantener. Tenemos que ser “escuelas del cuidado” y posibilitar estos espacios de vida y familia, con estilo Vedruna, a toda la comunidad educativa. Seguro que Jesús nos seguirá alentando para hacerlo posible.