La segunda parte de la asamblea de la Provincia Vedruna Europa incorpora al borrador de Proyecto de Misión las aportaciones de 91 comunidades de hermanas y cinco comunidades laicales.
“Ha sido un ensayo de trabajo sinodal. Es algo muy nuevo. Es lento pero muy rico”. Así resumía una hermana participante en la segunda parte de la asamblea de la Provincia Europa, celebrada los días 11 y 12 de diciembre, los trabajos para la elaboración del Proyecto de Misión.
Tras la primera parte de la asamblea, en octubre, se abrió un proceso de trabajo en pequeños grupos para la elaboración de un documento marco que permita fortalecer la misión Vedruna hoy en Europa. Se han incorporado aportaciones de 91 de las 103 comunidades de hermanas, más las de cinco comunidades laicales.
Con las participantes distribuidas en grupos de trabajo, la segunda parte de esta asamblea ha estado fundamentalmente dedicada a poner en orden todas esas aportaciones. Un grupo de trabajo se encargará ahora de elaborar un borrador de Proyecto de Misión que será presentado a la Provincia en los EPAs (Equipo Provincial Ampliado) de febrero.
Entre los temas que más atención han recibido están la formación, la ecología integral, la mujer en la Iglesia… Respondiendo a esos desafíos, “cada comunidad tenemos la responsabilidad de promover la alegría del Evangelio y transparentar a Jesús”, resumió la Provincial de Europa, Dolors Sitjes. Esa misión debe llevarse a cabo desde “los rasgos Vedruna de sensibilidad, sencillez, proximidad, humanidad… en el día a día”, añadió. “Es un quehacer nuestro que no podemos perderlo. Es nuestra responsabilidad”. Y “de esta manera podemos dar mucha vida a las personas a nuestro alrededor, en esta sociedad que está tan desestructurada, tan desmoralizada”. “Quiero lanzaros una flecha de esperanza y de optimismo, de saber que lo que estamos haciendo vale la pena, tanto si se nos agradece como si no”, concluyó.
Actuación de Ain Karen durante la asamblea. Arriba, algunas participantes
Participó en la asamblea de la PVE la general de la congregación Vedruna, María Inés García, que agradeció el “trabajo laborioso” en la elaboración del Proyecto de Misión. El reto es ahora “que todas las comunidades y grupos lo agradezcan como suyo”, aunando “pensamientos” y “posturas”, a veces diversos, conscientes de que “nos necesitamos mutuamente”, dijo.
Con la “flexibilidad” necesaria que exige la adaptación a la realidad, el reto no es tanto “cumplir todo según está escrito”, sino “mantener con claridad la dirección en la que queremos caminar”, asumiendo que la misión nos exige “cambios concretos en nuestra vida”.