Javier, alumno del colegio Vedruna de Carabanchel, pone voz a las impresiones y sentimientos de los 29 chicos y chicas que participaron el 28 de febrero en el II Encuentro Virtual de Jóvenes Vedruna, con el lema “Vedruna por el mundo”.
El pasado domingo día 28 de febrero tuvo lugar el II Encuentro Virtual de Jóvenes Vedruna. En él participaron 29 jóvenes de diferentes lugares de la Provincia entre 17 y 23 años. “Vedruna por el mundo” fue el lema y el contenido del encuentro, viendo en ello una magnífica oportunidad para fortalecer los vínculos a nuestra familia Vedruna y para conocer algunos proyectos de misión que llevamos a cabo en diferentes lugares del mundo.
¿Qué nos deja este encuentro? Pues ante todo, nos deja sabor a familia.
Muchos de los jóvenes compartían lo importante que es para ellos encontrarse con otros jóvenes, compartir y dialogar sobre lo que viven, lo que sienten…conocer más a fondo la familia Vedruna, sus valores, su presencia en el mundo.
Javier, un joven del colegio Vedruna de Carabanchel (Madrid), que ha participado en los dos encuentros que se han realizado hasta ahora, nos deja su testimonio:
“Los encuentros con los miembros pertenecientes, directa o indirectamente, a la Comunidad Vedruna me han abierto los ojos.
Tras un año lleno de un conglomerado de sentimientos y emociones positivas y negativas, me he dado cuenta de que la felicidad no se consigue con un simple regalo material, sino con algo mucho más sencillo de conseguir: poder conocer gente que piense como tú, compartir tus sentimientos, invertir tu tiempo en los demás, en definitiva, poder disfrutar de momentos maravillosos con personas maravillosas.
Unas simples videollamadas que me han hecho reflexionar sobre la importancia de cada uno de nosotros, la importancia de todos nosotros ante los ojos de Dios.
Estos encuentros provocan en mí un sentimiento que extrañaba, sentirme acompañado, y con esta oportunidad que nos estáis dando para poder seguir creciendo personalmente para poder encontrar nuestro «yo» interior.
Sin lugar a dudas, ser Vedruna es casi como una vocación, y gracias a todas y todos vosotros me estoy dando cuenta de que este es mi lugar. Un lugar donde me siento escuchado; cómodo; integrado; respetado; agradecido; y sobre todo, imprescindible, al igual que todos vosotros.
No me cansaré de daros las gracias por todo lo que hacéis, por lo que lucháis y por lo que sentís. Porque la familia Vedruna está más viva que nunca gracias a todos vosotros.
¡¡Mil gracias por pertenecer a nuestra vida!!”
A nosotros, los agentes de pastoral que animamos el encuentro, nos queda un profundo agradecimiento por la posibilidad de caminar con estos jóvenes, aunque sea, por el momento, de forma virtual.
Virginia Félix (Equipo PJV)