Ha fallecido a los 90 años una de las Carmelitas de la Caridad Vedruna que más ha contribuido a difundir la historia y carisma de la Congregación
“El día que Marta cumplió 90 años, el 29 de septiembre, después de la misa y el desayuno de celebración, no se encontraba bien. No podía respirar y nos aconsejaron que la ingresáramos. Estuvo ingresada hasta el día 5 de octubre, día en que la llevaron a la enfermería de Prati. Ya estaba muy dependiente y necesitaba muchos cuidados. En Prati, se contagiaron algunas hermanas del Covid19 y ella también. El día 5 de noviembre ingresó en el hospital de San Camilo y, hacia las 11,30 de la mañana del día 6, nos avisaron que había fallecido serenamente”.
La secretaria general de la Congregación, Inés Aguirre, relata así las últimas semanas de vida de la italiana Marta Sarti (Macerata, 1930), gran difusora de la vida, pensamiento y obra de santa Joaquina, y de la historia de la Congregación.
“Estaba completamente enamorada de la Congregación, de Joaquina y de las primeras hermanas”, corrobora desde la secretaría general la hermana Josephine Daniel. “Disfrutaba estudiando los documentos de la Congregación, era una enciclopedia humana. Con su avanzada edad, se mantuvo activa en su trabajo hasta el final, añade. Si algo aprendió Josephine Daniel de Sarti, una de las hermanas que más le acompañó al llegar de la India a Roma, fue “la importancia del estar, más que del hacer”.
Teresa Llach, autora, entre otras, de la “Historia documental de la Congregación de las Hermanas Carmelitas de la Caridad-Vedruna” y de otros libros sobre santa Joaquina y la Congregación, define a Marta Sarti como “una mujer apasionada por Joaquina”, que “realizó un trabajo constante, paciente, efectivo, desde su despachito en la Casa General”. Siempre dispuesta a atender cualquier petición, construyó “un archivo gráfico impresionante”, y dejó importantes libros sobre la historia Vedruna como “Joaquina” (1993, en italiano) o “Estudio sobre el retrato de Joaquina de Mas y de Vedruna” (1996). Pero además tenía un gran compromiso con la difusión, para lo que realizó diversos montajes audiovisuales, elaboró un “Atlas Histórico-geográfico de Las Fundaciones (1826-2005)” y, sobre todo, puso en marcha y se hizo cargo durante varios años de la publicación “Noticias Vedruna” y “Vedruna hoy”.
Un trabajo que “no se ha conocido y valorado suficientemente”, cree María Ángeles González Puche, antigua secretaria general que da fe de que “la vida de Marta estaba orientada a Joaquina y a la Congregación; como ella quería conservar todo lo que es historia de la Congregación, digitalizó mucha documentación, cartas, no solo para que se conserve sino para que se pueda utilizar. Cuando algo del presente no sintonizaba con su pensamiento se venía abajo, pero sabía quedar en silencio”. En la Casa General, añade, “era a la persona que todas consultábamos y nos ayudaba siempre”.
Destaca ese punto también María Isabel Molpeceres. Más allá de su aportación a la recopilación de la historia o a la investigación sobre el carisma Vedruna, “le debemos su amor a Joaquina y su amor a la Congregación. Aunque no siempre estuvo de acuerdo con algunos cambios, siempre colaboró para llevar adelante lo que en ese momento se ‘movía’ en la Congregación y se le había encomendado”.
La pasión le venía de muy atrás, corrobora Rosanna Rizzi, que conoció a Sarti siendo estudiante de liceo en Verona, cerca del colegio donde trabajaba Marta Sarti. Asistir a sus catequesis supuso un antes y un después en su proceso de fe. “Sor Marta estaba llena de entusiasmo que contagiaba con sus palabras”, asegura. “Yo era muy tímida y temerosa, educada con una formación cuidada pero muy tradicional y diría aún preconciliar, con una imagen de Dios juez”, pero el encuentro con Sarti contribuyó decisivamente a “cambiar mi imagen de Dios”, reconociendo ante todo en Él a Alguien que “me ama y a querer responder a tanto amor con todo mi amor”.
Marta Sarti le acompañó en su discernimiento vocacional. Y posteriormente sus caminos se cruzaron en repetidas ocasiones, la última cuando fue trasladada a la casa enfermería de Prati, en la que Rizzi es coordinadora.
De muy atrás viene también la relación con Marta Sarti de Maria Antònia Gilibets. En los años 80, le acompañó en “su peregrinar por Catalunya”, buscando “datos, documentos, fotografías…” de la historia de la Congregación.
Un apunte más añade Gilibets. “A parte de todo su entusiasmo por lo que a la Historia de la Congregación se relacionara, tenía también sus penas. Devotísima de la Virgen del Carmen se sentía frustrada porque no potenciábamos más el nombre de carmelitas y esto la hacía sufrir porque no lo veíamos como ella”.
La muerte, dice, “la cogió sin poder acabar el trabajo que estaba realizando”, pero ella era bien consciente de que correspondería a otras personas continuar su labor. “La última vez que hablé con ella me dijo: no creo que pueda acabar lo que tengo empezado. Y así fue”.
Comunicación Vedruna
Esto han escrito algunas hermanas:
Siempre dispuesta a ayudarnos
He convivido con Marta durante estos dos últimos años en la Secretaría General.
La he percibido como una entusiasta investigadora y divulgadora de la historia de la Congregación, sobre todo de la vida y carisma de santa Joaquina. Vivía con intensidad todo lo referente a la Familia Vedruna.
A pesar de su edad y cada vez menos fuerzas, seguía colaborando en todo lo que podía.
Informatizó y escaneó muchos documentos de la Congregación y últimamente estaba informatizando el volumen V del Registro de Hermanas que ingresaron en la Congregación entre el año 1935 y 1952.
Siempre estaba dispuesta a ayudarnos y resolver nuestras dudas sobre la vida de la Congregación en el pasado. Conocía a muchísimas hermanas y muchos datos escondidos de los archivos de la Casa General.
Inés Aguirre, Secretaria General de la Congregación
Trabajó hasta el final
Marta Sarti ha vivido 90 años, de los que pasó en la Congregación alrededor de 70. Yo la conocí hace unos cinco. Cuando llegué a Roma, Marta fue un gran apoyo para mí. Solía sentirme fuera de lugar, viniendo de un país, una cultura, un idioma… muy diferentes. No sabía hablar español y fueron tiempos duros para mí. La presencia de Marta, su amor, su aceptación, sus palabras de ánimo… me confortaron. Me dio la seguridad de estar conmigo: esa fue mi fortaleza real. Aprendí de ella la importancia del estar más que del hacer.
Vi también en ella a una mujer mayor con amplio dominio de la informática y de la maquetación, muy superiores a los de cualquier otra persona en la Casa General. Estaba totalmente enamorada de la Congregación, de Joaquina y de las primeras hermanas. Disfrutaba estudiando los documentos congregacionales y conocía la historia muy bien. ¡Era una enciclopedia humana!
Su edad y la cantidad y calidad de su trabajo no coincidían. Nunca hubiera podido imaginar a alguien trabajando a los 90 con esa intensidad. Trabajó hasta el final. Y yo la echo mucho de menos, porque ella me amó mucho.
Josephine Daniel, Casa General Vedruna Devotísima de la Virgen del Carmen
Peregrina tras las huellas de Joaquina
No puedo precisar cuándo conocí personalmente a Marta; pienso que sería hacía el año 1983 con motivo de la celebración del bicentenario del nacimiento de Joaquima.
Marta amó a santa Joaquima con pasión y, lógicamente, a la Congregación. Como la fundadora y, siguiendo sus huellas, fue peregrina por los pueblos de Catalunya buscando información, sacando fotos de los lugares…
Cuando nos conocimos, sintonizamos, porque yo, gracias a las hermanas de mi colegio, era también una “fan” de Joaquima, desde niña. En este su peregrinar por Catalunya la acompañé dos veces: Fuimos a Cadaqués (en la costa Brava), donde no estuvo la fundadora pero que de cuya Fundación, pronosticó el fracaso. Otro día, estando yo en un pueblo rural fuimos a fotografiar un “burrito catalán”, auténtico.
Marta trabajó lo indecible por la Congregación, para recopilar, desde la fundación, tantos datos, documentos, fotografías… como fuera posible. Era feliz cuando recibía un documento auténtico. Tenía un arsenal de material Vedruna original que Digitalizó, creó Powers… Actualmente, aparte de preparar la oración de cada fiesta Vedruna, más o menos importante, digitalizó, tecleando, desde las publicaciones más antiguas hasta las Generales ya bastante cercanas; no me acuerdo por cuál me dijo que iba. La muerte la cogió sin poder acabar el trabajo que estaba realizando. La última vez que hablé con ella me dijo: “no creo que pueda acabar lo que tengo empezado”. Y así fue.
Las últimas veces que he ido a Roma, he ido constatando que su cuerpo ya no daba más de si, pero a pesar de ello, se la encontraba siempre en su despachito tecleando y pensando qué más podría hacer. Yo pensaba: si vuelvo, ¿te encontraré? Ciertamente, si algún día vuelvo a Roma, encontraré un vacío muy grande.
A parte de todo su entusiasmo por lo que a la Historia de la Congregación se relacionara, tenía también sus penas. Devotísima de la Virgen del Carmen se sentía frustrada porque no potenciábamos más el nombre de Carmelitas y esto la hacía sufrir porque no lo veíamos como ella.
He tenido la fortuna y el privilegio de conocerla bastante y de sentirme muy querida por ella, de tal manera que tengo un arsenal de material que me dejó en herencia.
Sin ninguna duda, la Congregación le debe muchísimo. Buscó hasta el último rincón y todo lo que encontró o le enviamos otras personas está en su ordenador.
Maria Antònia Gilibets
Una aportación que no se ha valorado lo suficiente
Marta Sarti, ha sido una persona con una gran riqueza de personalidad y sobre todo una Vedruna ejemplar. Enamorada de Santa Joaquina y viviendo día a día con ella.
Me parece que su aportación a la Congregación no se ha conocido y valorado suficientemente. Ha sido una riqueza tenerla en Roma en la Casa General, para los equipos generales y para las secretarias. Era a la persona que todas consultábamos y nos ayudaba siempre.
Anteriormente a mi estancia en Roma investigó mucho sobre los orígenes de la Congregación, pero yo sus trabajos que más he conocido son estos:
– El libro de “Fundaciones”, que es la realidad de los datos de toda la Congregación, con mapas; una gran riqueza.
– Estudio sobre la letra de Joaquina
- Hizo muchos powers para dar a conocer aspectos de la vida de Joaquina y de la Congregación en general:
o Historia de un río y un carisma o Joaquina y la familia
o Orar con Joaquina
o Tú eres familia
o Y otros….
Como ella quería conservar todo lo que es historia de la Congregación, digitalizó mucha documentación, cartas, no solo para que se conserve sino para que se pueda utilizar.
Su vida estaba orientada a Joaquina y a la Congregación, cuando algo del presente no sintonizaba con su pensamiento se venía abajo, pero sabía quedar en silencio.
En los 7 años que he estado en Roma con ella, hemos vivido muy unidas y la última etapa que ya no estábamos juntas, tengo la satisfacción de haberle podido hacer un seguimiento hasta su muerte.
María Ángeles González Puche, antigua Secretaria General de la Congregación
Un trabajo “bien hecho”.
Quizá alguien puede pensar que soy poco objetiva porque mi cariño por ella es grande y profundo. Pero el cariño no me ha cegado nunca y creo que soy capaz de reconocer lo positivo y negativo de las personas. De Marta Sarti, solo puedo hablar bien.
Creo que la Congregación le debe mucho: dedicación plena a las tareas de Secretaría, información, comunicación que se le habían encomendado y que realizó siempre con profundidad, amor, y profesionalidad. Trabajó mucho. Y como buena hija de santa Joaquina, siempre realizó un trabajo «bien hecho».
Le debemos una investigación profunda y profesional del Carisma Congregacional y de su historia.
Sobre todo, le debemos su amor a Joaquina de Vedruna y su amor a la Congregación. Aunque no siempre estuvo de acuerdo con algunos cambios, siempre colaboró para llevar adelante lo que en ese momento se «movía» en la Congregación y se le había encomendado.
Yo le debo, por encima de todo, su confianza en mí, nuestro cariño mutuo, su cercanía y su amistad desinteresada y profunda. Confieso que me duele profundamente la pérdida de alguien que para mi fue modelo de fidelidad y de entrega.
María Isabel Molpeceres
“Me enseñó a reconocer que Dios me ama”
Conocí a la hermana Marta cuando asistía a los últimos años del liceo y ella era la coordinadora de la comunidad del colegio de Verona. El domingo venía a nuestro pueblo Caselle, afrontando la niebla de la Val Padana, para un encuentro de catequesis para las jóvenes antes de la misa, encuentro al que yo no era muy fiel porque me interesaba más el estudio.
El encuentro más verdadero con Marta fue con ocasión de tres días de retiro organizados para nosotros por las hermanas en Costagrande con el padre Tommaso un carmelita del Teresianum. Sor Marta estaba llena de entusiasmo que contagiaba con sus palabras, yo era muy tímida y temerosa, educada con una formación cuidada pero muy tradicional y diría aún preconciliar, con una imagen de Dios juez y ese encuentro, sobre todo sus palabras, comenzaron a cambiar mi imagen de Dios. Me ha ayudado a reconocer que Dios me ama y a querer responder a tanto amor con todo mi amor.
La hermana Marta acompañó el comienzo de mi búsqueda vocacional, luego de repente dejó Verona y perdí el contacto con ella. No la volví a ver hasta que entré en la Congregación y la encontré muy cambiada pero siempre enamorada de Santa Joaquina, siempre hablaba de ella y de la Congregación, a veces con preocupación por las nuevas aperturas…
Hace años, logramos que viniera a Verona para hablar de Joaquina a las familias y aún recuerdo el entusiasmo que logró transmitir…Lástima que no fuera posible continuar con ella.
Hace poco me transfirieron a nuestra enfermería en Roma y casi al mismo tiempo Marta, después de ingresar en el hospital, fue traída a nosotros. Sus problemas cardíacos con la adición de la diabetes la habían hecho muy débil y totalmente dependiente a nivel físico, pasando de la cama a la silla de ruedas. En cambio, era perfectamente consciente y lúcida y le costaba mucho aceptar esta situación, había caído en un pesimismo triste y se sentía un poco víctima. Le hice leer lo que ella misma había escrito sobre los últimos tiempos de Joaquina y se conmovió mucho.
El Covid19 vino a agravar la situación y, como ella deseaba (así me dijo su hermana Ana), fue a reunirse con el Señor, al que siempre amó y deseó.
Rossana Rizzi, coordinadora de la casa de Prati (Roma- Italia)