Con el símbolo del camino y el deseo de ahondar cada una en nuestra realidad concreta y de compartir entre nosotras, el fin de semana del 19 al 21 de julio nos hemos acercado a la comunidad del Escorial para tener nuestro primer encuentro de junioras.
El hilo conductor que nos ha ofrecido nuestra acompañante en esta etapa, Inma Eibe, ha sido AVENTUREMOS LA VIDA. Empezamos con dos grandes testigos bíblicos, Caleb y Josué, capaces de adentrarse en caminos inexplorados confiando en Dios. Luego profundizamos en algunas dimensiones de nuestra vida consagrada de la mano de Teresa de Jesús y Joaquina de Vedruna. Asimismo, nos encontramos con Hermanas de diferentes Provincias (¡gracias Ange, Marisol y Luisa Mª!) que nos ofrecieron claves esenciales y nos alentaron en la aventura de ser Familia Vedruna desde este estilo de vida. Por último, contamos con la presencia de Adrián de Prado, sacerdote claretiano, que a través del icono de la Presentación de Fray Angélico nos ayudó a adentrarnos en algunos desafíos, debilidades y fortalezas de la Vida Religiosa hoy, invitándonos a mirarla de forma simpática (sym-pathos).
Han sido unos días muy significativos para nosotras, con espacios para ahondar en nuestros propios caminos, tiempos de oración personal y encuentros sororales de escucha y diálogos. Tiempos para alimentar la certeza de que somos llamadas a caminar juntas en humildad y pobreza, a cuidarnos para saber cuidar, a entregar la vida por el Reino desde las fronteras existenciales y geográficas, a alentarnos ante los “pasatiempos” (que diría Teresa de Jesús) que muchas veces se nos cuelan y complican nuestra búsqueda radical de Dios y nuestra opción como consagradas Vedruna.
Retomamos nuestra cotidianidad agradeciendo mucho la acogida, familiaridad y oración por parte de nuestras Hermanas de El Escorial. Igualmente, regresamos felices porque renovamos nuestro deseo de aventurarnos sin guardarnos la vida, es decir, entregándonos, pero también conscientes de que no queremos que nuestra entrega sea de cualquier modo, sino “discipular concreta”, con “determinada determinación”, apasionadas por el buen Jesús que cada día nos invita a dejarlo todo y a seguirlo.
Geraldyn Carrero, ccv