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Despedida tras 150 años de presencia Vedruna en Tona

Despedida tras 150 años de presencia Vedruna en Tona

“Llegasteis discretamente el 6 de junio de 1874… “

Así empezaba el rector de la Parroquia de San Andreu, Josep Molist, la Eucaristía del domingo 7 de enero para agradecer a Dios la presencia de las hermanas Carmelitas Vedruna en el pueblo de Tona. “… y discretamente ahora, después de 150 años os vais”.

Las palabras de la Delegada, Pilar Casanova, resaltaban el agradecimiento a Dios, un recuerdo especial por cada una de las hermanas que han ido pasando por la comunidad a lo largo de tantos años, y también un profundo agradecimiento al pueblo que ha acogido y amado siempre a las hermanas y valorado su gran labor educativa y su colaboración con la oarroquia. Señalaba la mezcla de sentimientos que se acumulan a la hora de decir adiós, tantos momentos vividos, no todos fáciles, y las hermanas siempre a punto, siendo mujeres de fe, educando, haciendo país, promoviendo valores, sintiéndose de Tona con los tonencs, creyentes con la parroquia, educadoras con los compañeros y compañeras de la escuela…

También, Montse Codina, en representación de los maestros, dirigió unas palabras sentidas a “las monjas”: “Agradecemos todo lo que habéis aportado a lo largo de tantos años, vuestra manera de ser y de hacer, vuestro compromiso, vuestra discreción… Recuerdo tantos momentos de la vida de las hermanas en Tona, una comunidad abierta de servicio generoso a la parroquia y al pueblo, ofreciendo los espacios, estando atentas para facilitar lo que hiciera falta… Con vuestra llegada hicisteis posible que muchas niñas, jóvenes, mujeres tuviéramos oportunidades de estudiar. Atentas a los nuevos tiempos, abristeis las puertas a muchos maestros, mujeres y hombres. Pioneras en hacer escuela en catalán, en la coeducación (anexionando la escuela Parroquial), creando equipo, haciendo escuela juntos (hermanas, padres y maestros), sin perder nunca de vista que el centro eran los alumnos y su educación integral…

Nos escuchasteis cuando vimos que era importante tener la ESO en la Escuela, que los alumnos se quedaran hasta los 16 años… Buscasteis…, y juntos encontramos una solución.

Ahora os retiráis sin hacer ruido, pero habiendo plantado muchas semillas. ¡Gracias por ser cómo sois, hermanas Vedruna! Todas, tantas, habéis dejado una gran huella”.

La hermana Margarita Valeri, quien estuvo durante 26 años, dijo unas palabras remarcando que éste adiós es un adiós cálido, porque Vedruna guardarà siempre en su corazón el pueblo y la escuela de Tona, llevándose consigo tantos bonitos recuerdos que nunca se borran y convencidas de que la escuela sigue y que está en las buenas manos de maestros que lo dan todo.

En las preces, M. Carme Molist, hija del pueblo y hermana Vedruna, puso en manos de Dios la vida del pueblo, de la parroquia, de la escuela Vedruna, recordando los nombres de muchas hermanas que han dado la vida con su servicio generoso. Pidiendo por todos los niños y niñas, chicos y chicas, madres y abuelas por quienes la palabra Vedruna tiene una connotación especial, deseando que los valores que se han sembrado estén muy arraigados en sus vidas y les den la fuerza y el coraje para seguir adelante.

Al terminar la Eucaristía y después de los saludos y fotografías pertinentes, un grupito de hermanas compartimos el almuerzo en la Vicaría con el rector, Josep, y Joaquim también presbítero. Qué gozo de mesa y de comida que nos había preparado Carme Oliva, secretaria de la parroquia. ¡Qué rato tan entrañable compartimos!

Sabemos bien que la presencia Vedruna está muy arraigada en el pueblo. La escuela, con un buen equipo de maestros vocacionados y comprometidos,continuúa la tarea de la educación de los niños y adolescentes de Tona y alrededores.

Vedruna se queda en el pueblo. ¡Gracias, gracias, gracias!

Versión en catalán

Carme Molist

Fecha

enero 15, 2024

Categoría

Local