Este curso escolar, el colegio FEC Vedruna ha dirigido su campaña anual de solidaridad a apoyar al Centro Kekeli en Togo que trabaja por la protección de la infancia vulnerable.
En colaboración con Fundación VIC y SOLIVE, el alumnado de 3º y 4º de la ESO ha trabajado el documental “Niños Esclavos, La puerta de atrás” y ha realizado la siguiente entrevista a su directora para profundizar más en el tema.
Alumnado: Hola, Ana. Somos el alumnado de 3º y 4º de la ESO del Colegio FEC Vedruna de Pamplona. Hemos visto tu documental: “Niños esclavos. La puerta de atrás”, y nos gustaría hacerte algunas preguntas sobre tu trabajo.
¿Desde pequeña te atraía el mundo de los documentales socialeso lo fuiste descubriendo con el tiempo?
Desde los 15 años quise trabajar en el mundo del cine, pero a mis padres ese plan no les convecía nada. Me dijeron que estudiara algo “serio” y luego, si aún seguía empeñada, podría formarme después. Así que estudié el grado de periodismo y luego me fui a Los Angeles (EE.UU.) a estudiar cine, como yo siempre había soñado. No fue un capricho, lo quería de verdad y de hecho, después he trabajado en producción de películas 17 años de mi vida. Todo cambió a raíz de un viaje a India en 2010 en el que estuve tres meses haciendo fotos de los proyectos que tenían las misioneras de las Hermanas de Santa Ana. Ahí descubrí una nueva pasión por la fotografía relacionada a los derechos humanos. Al volver a España, publiqué esas fotos y descubrí la fuerza de la fotografía para transformar el mundo. Y desde ese momento no he parado de hacer fotos y contar historias poniendo un poquito de luz en esos lugares que yo llamo las esquinas rotas del mundo. El documental que habéis visto es parte de mi manera de contar historias, no siempre son fotos o textos, a veces son pequeños videos o incluso un documental como “Niños esclavos. La puerta de atrás”.
¿Qué opinó tu familia al saber que te ibas a dedicar esto?
Mis padres ya estaban espantados con lo de que trabajara en cine, así que cuando di el giro y cambié a la fotografía, el periodismo vinculado a los temas sociales, les pareció mejor, aunque a mi madre siempre le daba miedo que cogiera alguna enfermedad en África, pero, de momento… ¡nunca he cogido nada mas que un mal resfriado!
¿Qué te motivó a realizar el documental “Niños esclavos: La puerta de atrás? ¿Cómo te introdujiste en el tema?
Inicialmente yo solo quería hacer fotos y textos, pero para conocer mejor las historias de los protagonistas, empecé a grabarles en video y luego grababa algunas cosas más, de los sitios donde vivían, lo que hacían en su día a día… y luego pensé que tenía muchas horas grabadas y que quizá podría hacer una pequeña pieza de video. Y al final, pues… ¡salieron 25 minutos! Y se convirtió en el documental que habéis visto.
¿Cómo fue el proceso de crear el documental, desde que se te ocurrió la idea hasta terminarlo?
El de ‘Niños esclavos. La puerta de atrás’ ha sido mi proyecto de largo recorrido de mayor envergadura y el más complejo. Fueron tres años en Togo, Gabón y Benin y de ahí salió un libro, una exposición y un documental (aunque ya habréis visto que en el documental solo salen Togo y Benin. Es porque a Gabón fui cuando ya casi había terminado de montar el documental). Quería ir más allá que en los anteriores proyectos que hasta entonces habían sido reportajes, exposiciones y libros. Por eso introduje el documental como otra forma de contar la historia, pero eso multiplicó el trabajo, el tiempo para terminarlo y la necesidad de conseguir financiación para las tres patas del proyecto.
A la hora de grabar el documental en Togo, ¿tuviste algún problema o dificultad? ¿Cuál fue la escena que más te costó grabar?
El documental está grabado en Benin y Togo. En ambos países fue muy fácil trabajar porque iba de la mano de ONG maravillosas como Mensajeros de la Paz en Benin o de las Hermanas Vedruna en Togo. Ellas me acogieron maravillosamente en sus casas con las hermanas y así me contaban de primera mano como trabajaban con los niños y niñas, sus historias y me ayudaban también a entender el contexto en el que viven esas familias. La escena que más me costó grabar fue la que pasaba el tren en Lome cerca de la casa de las Hermanas, porque nunca sabía a qué hora iba a pasar y me pasaba las horas muertas esperando por las tardes a que pasara el tren… y a veces ¡ni pasaba!
¿Cuál es el mayor aprendizaje que te llevaste de grabar el documental?
Fue una experiencia muy enriquecedora tanto a nivel profesional como personal. Me impresionó que pese a todo lo que habían vivido aquellos niños y niñas, y aunque no es fácil, gracias a la labor de estos centros y a todo el cariño y apoyo que les dan, sí pueden volver a ser niños y disfrutar de su infancia interrumpida.
¿Qué mensaje nos darías a la juventud de hoy en día para concienciarnos con este tipo de causas? ¿Qué podemos hacer para ayudar?
Lo más importante es que tengáis curiosidad. Querer saber lo que pasa por el mundo. Conocer como viven en otros sitios y tratar de entender porqué viven de manera diferente a nosotros. Solo cuando se conocen las historias de otras personas, es cuando podemos detectar alguna injusticia y, a lo mejor, eso os empuja a querer ser parte del cambio, de querer eliminar esas injusticias. Esa es la semilla para querer participar en el proceso de una transformación, y mejorar la calidad de vida de estas personas que viven en situaciones vulnerables. Seguro que en algún momento tenéis oportunidad de ser agentes del cambio. Por pequeñita que sea vuestra participación, será importante para alguien.
Ainara Chana
(Con la colaboración del Ayuntamiento de Pamplona)