La Escuela de Pastoral con Jóvenes (EPcJ) es un proyecto de trabajo en red que está formado por diferentes instituciones de la Iglesia y que ofrece cada año un encuentro de formación abierto a los agentes de pastoral. Durante el fin de semana del 8 y 9 de octubre y bajo el lema Somos ConTigo, hemos podido compartir y celebrar la XXI edición de la EPcJ trabajando y dialogando acerca de la sinodalidad.
Durante un curso escolar se realiza la preparación y organización del encuentro mediante un grupo coordinador en el que formamos parte jóvenes y también adultos de diferentes movimientos, instituciones y congregaciones: Movimiento Adsis, Institución Teresiana, Acción Católica General, Hijas de Jesús, La Salle, la Familia Marianista y la Familia Verdruna. Mes a mes hemos ido dando pasos y aterrizando desde nuestra reflexión previa con un documento marco hasta los aspectos más concretos: cómo queríamos que fuese la bienvenida, qué espacios queríamos que tuviese, qué grupos de iglesia y personas nos podían ayudar y iluminar en este camino hacia la sinodalidad, de qué forma queríamos hacerlo…
El encuentro comenzaba la mañana del sábado donde, nada más llegar, se invitaba salir al encuentro y conocer personas de otras instituciones diferentes a las de referencia de cada uno. Para ayudar el diálogo se planteaba poder compartir con la otra persona la pregunta: ¿Qué te ha aportado en tu fe tu institución?
A continuación en el salón de actos pudimos escuchar una ponencia compartida entre Cristina Inogés, miembro de la Comisión Metodológica del Sínodo, Zoraida Sánchez, agente de pastoral y miembro de la coordinadora de la EPcJ y tres jóvenes comprometidos con su institución, miembros también de la coordinadora de la Escuela. En el diálogo se dijeron cosas que nos alentaban como por ejemplo: que hay que ser una Iglesia en salida para estar y no para convencer o debatir; que no debemos olvidar que el centro de todos y todo es Jesús y su Evangelio; cuáles son los pilares fundamentales para que se pueda vivir la sinodalidad: escucha, acogida, misericordia y compresión y, finalmente, que los jóvenes no somos la iglesia del futuro, somos el presente. También insistió en que la mujer no tiene un papel en la iglesia sino un lugar: por el bautismo TODOS somos Cristo.
Después del descanso nos repartimos en pequeños grupos donde pudimos reflexionar, dialogar y ahondar todo lo escuchado decidiendo de forma conjunta qué elementos son importantes para poder construir y que se dé la sinodalidad.
Por la tarde pudimos disfrutar de distintos testimonios de comunidades y grupos que llevan años siendo testigos de trabajo en red y nos contaron cómo viven ellos la sinodalidad. Nos permitió reconocer lo amplia y diversa que es la Iglesia, ver que es posible caminar juntos y que todos tenemos un lugar. Además, se nos animaba a alzar la voz para proponer los cambios que queremos y a mostrarnos con actitud propositiva y activa. Ese día terminamos con una oración dinamizada por el coro, este año formado por integrantes de la coordinadora.
La mañana del domingo, después de la eucaristía, los jóvenes de la Escuela de Pastoral sugerimos distintas dinámicas que nos ayudaban a reflexionar acerca de los temas que nos preocupan como el de la mujer en la Iglesia, la pérdida de personas jóvenes y el lenguaje que se utiliza actualmente.
Fue un fin de semana en el que damos muchas gracias a Dios por poder encontrarnos, reconocernos parte de un grupo muy plural y aumentar el deseo de construir junto con otros y otras. Un espacio para acoger, escuchar, formarnos, sentirnos constructores del Reino y alentarnos en esta misión que nos une: la pastoral CON jóvenes.
Berta Ruiz González, joven Vedruna, miembro del Centro de PJV Vedruna y de la de la coordinadora EpCJ