En el camino de «abrazar las necesidades de todos los pueblos» nuestra Familia Vedruna en Europa conoce de primera mano la precarización que viven las personas migrantes sin regularizar. Residen hace años en nuestros barrios y pueblos sin derechos básicos, como el trabajo o la vivienda, que sustentan muchos otros derechos.
A la vez, cercanas a ellas, nos damos cuenta de cuánta riqueza de valores tales como el cuidado, el respeto a las personas mayores, el ritmo más humano, etc. nos aportan a nuestra sociedad.
En nuestras raíces Vedruna tenemos también la experiencia de Joaquina, migrante y refugiada por dos veces en Francia, primero con sus hijos y después con las hermanas.
Así fue como en el Capítulo 2017, entre otros, “Nos instamos a denunciar y a participar en iniciativas y plataformas que trabajen por la apertura de las fronteras, la acogida sin cuotas ni limitaciones de refugiados, y para que se les garantice el derecho de asilo (…)porqueestamos llamadas/os a hacer de nuestro mundo una casa sin fronteras donde todos los hijos de Dios tengan el lugar que les corresponde”[1]
Toda persona tiene derecho a emigrar a otro lugar o país. Es un derecho internacional, aunque a menudo contemplamos con estupor cómo son las mercancías y no las personas, las que circulan libremente. Además de ser humana, esta ILP es social y demográficamente coherente. Tenemos una pirámide poblacional invertida, creciente, necesitada de personas que puedan trabajar en muchos sectores. Y hay una creciente necesidad de emigrar y de refugio de muchas personas por conflictos, cambio climático, empobrecimiento, etc.
Por todo ello y, sin dudarlo, nos adherimos en febrero a la Campaña ESencialES como Provincia. Y al lema general de la Campaña “500.000 firmas para 500.000 personas esenciales”, Vedruna Europa hemos añadido, ad intra, “La ACOGIDA un hecho, la REGULARIZACIÓN un reto ESENCIAL” para apoyar la ILP.
Ante esta nueva guerra insensata en Ucrania, nuestra sociedad civil europea está respondiendo con la acogida. Y también la acogida ha sido y es un valor importante para la Familia Vedruna. Una acogida especialmente volcada hacia las personas más vulnerables. Que ayuda al empoderamiento y que promueve un mundo sin fronteras. Con nuestras flaquezas, por supuesto.
Ellas y ellos, las mismas personas migrantes, organizadas en las asociaciones promotoras de la ILP, nos proponen un medio concreto para empezar a resquebrajar las fronteras. Una propuesta de mínimos: una regularización extraordinaria. Apoyarlas es una manera de defender la vida y de favorecer la inclusión, así como de construir puentes sociales que mitiguen la tendencia a la polarización y al racismo.
Eje Justicia, Paz e Integridad de la Creación