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La “gran cena” pendiente en el Hogar Vedruna de León

La “gran cena” pendiente en el Hogar Vedruna de León

El centro de menores ha cumplido 25 años de andadura durante la pandemia

El Hogar Vedruna de León ha cumplido sus bodas de plata, obligado a aplazar los festejos por la pandemia.

Han sido 25 años en los que la propia realidad de la atención al menor ha experimentado profundos cambios en España. “En un principio, los niños venían siendo pequeños. Hoy los que vienen son mayores, pues los pequeños, al cabo de un año de estar en el Hogar, van a adopción o familias de acogida”, cuenta la vedruna Mª Luz González, responsable del proyecto, concertado con la Junta de Castilla y León.

El consenso entre las profesionales de los Servicios Sociales es evitar la institucionalización, pero no siempre es factible ni conveniente el envío a una familia de acogimiento, lo cual genera nuevos retos para las residencias. Porque si toda niña y niño tutelada por la Administración trae consigo su propia “mochila”, a mayor edad, más intensos suelen volverse también los retos.

“Nuestro objetivo –prosigue González– es crear un clima de familia en el que los niños puedan sentirse felices, se propicie su crecimiento armónico y se posibilite su integración social y cultural”.

Se fomenta especialmente “el respeto, la tolerancia, la autonomía personal o la responsabilidad”, y por ello “es una casa totalmente abierta: habitaciones, despensas, cocina, armarios…”.

Después del colegio o el instituto, “tienen actividades extraescolares: natación, judo, fútbol, bici, patines…”, hacen vida de barrio como el resto e invitan a amigas y amigos al centro a pasar algunas tardes. En verano, es habitual que pasen dos semanas en la playa y asistan a algún campamento.

No faltan momentos duros ni sinsabores. Mª Luz González alude especialmente a la falta de recursos para los mayores. “Nos sentimos preocupadas e impotentes ante el futuro de nuestros chicos”, asegura. “Salen del Hogar a los 18, 19, 20 años de edad…, sin un futuro al que agarrarse. Unos salen por deseo propio y otros obligados por la necesidad que hay de coger esas plazas para otros menores de menos edad”.

Y abundan también los momentos alegres, aunque pocos comparables con la Navidad. “Tenemos costumbre de invitar a los chicos y chicas que estuvieron aquí”, relata la responsable. “Suele ser merienda-cena y los que viven en el Hogar la llaman ‘la gran cena’: es una sencilla cena de picoteo y regalos, les gusta mucho y valoran que vengan los mayores a vernos y estar con nosotros, incluso desde lejos, y algunos con sus hijos”.

Fecha

marzo 1, 2021

Categoría

Proyecto SEL