La escuela Zumaeina ha sido la anfitriona del XXXIII Encuentro de las escuelas asociadas de la Unesco, celebrada en Zumaia del 4 al 7 de julio. Isaak Aranberri, director de este colegio Vedruna (en la foto de arriba), presentó ante representantes de los diversos continentes la propuesta de “la pedagogía de la confianza” que ha puesto en marcha este centro guipuzcoano.
Un centenar largo de representantes de escuelas asociadas de la UNESCO de todo el mundo han intercambiado experiencias, preocupaciones y buenas prácticas en Gipuzkoa. Y han reflexionado juntas sobre la Educación para el Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030.
De paso han comprado que, por diversos que sean los contextos, ciertas cosas nunca cambian. Da igual que sea en Nigeria, Argentina o Euskadi, “un adolescente es siempre un adolescente”, apunta Isaak Aranberri cuando se le pide citar algún ejemplo
Una coincidencia más: “La persona, la niña o el niño que está bien tiene ganas de aprender. Y para estar bien las personas necesitan sentirse escuchadas, valoradas. En ese momento el resto de las cosas funcionan. Muchas veces las escuelas hemos ido a lo académico, al contenido, y nos hemos olvidado de la importancia de trabajar en la persona”.
En esto último, básicamente, consiste la propuesta del colegio Zumaiena a la red de escuelas asociadas a la UNESCO. El centro Vedruna demostró su hipótesis por la vía empírica. Prácticamente todas las sesiones del Encuentro se trasladaron al Bosque Mágico, el espacio de encuentro con la naturaleza inaugurado por el centro el pasado año. “Ha significado una tranquilidad enorme trabajar en ese entorno”, apunta Aranberri. Pues bien, “pasa igual con las matemáticas, con el inglés o con las ciencias”.
Zumaiena le ha puesto a todo eso el nombre de “pedagogía de la confianza”. “Si trabajamos en escuchar a los demás y escucharnos a nosotros mismos todo lo demás funcionará”, apunta el director de la escuela a modo de síntesis.
Confianza es también ser conscientes de que “nos necesitamos unos a otros”; “no sirve estar mirándonos el ombligo”, apunta. “La educación puede transformar el mundo”, como afirmaba el lema escogido por Zumaiena para este encuentro, “pero solos no podemos. Hay que buscar sinergias”.
La participación en la red de escuelas de la UNESCO tiene que ver con la búsqueda de esas sinergias, explica el director, que alude igualmente a la participación activa de las escuelas Vedruna en el Pacto Educativo mundial que promueve el Papa Francisco, involucrando en la solución de los problemas sociales y medioambientales a escuelas públicas y privadas, a las Administraciones y a los diversos agentes que componen la comunidad educativa.
Una de las señas de identidad de Zumaniea son precisamente sus múltiples proyectos sociales de todo tipo, desde la ayuda al pueblo saharaui a la colaboración con residencias de mayores de la zona, pasando por un proyecto de escucha a víctimas del terrorismo de distinto signo, la promoción de la agricultura ecológica local o la colaboración con un centro de acogida de Cáritas para personas sin hogar.
Isaak Aranberri tiene muy clara que esa es la línea para una escuela que quiera ser transformadora: “siempre buscar sinergias” con las administraciones y con los diversos agentes de la sociedad civil.
La escuela puede aportar a todas esas alianzas su capacidad movilizadora. “Siendo la nuestra una escuela pequeña, podemos aportar unas 2.500 personas, entre alumnado y familias, personal de la escuela… Esa es una gran fuerza; con ella podemos hacer cosas muy buenas”.