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Un día en la Casa de Formación Vedruna

Un día en la Casa de Formación Vedruna


Geraldyn, Loli y Rita hablan en un breve vídeo elaborado por la Pastoral Juvenil Vedruna de su vocación a la Vida Religiosa… Y sobre aspectos más prosaicos, como el transcurrir de un día normal en la Comunidad de Formación de la Familia Vedruna en Europa, donde se vive la etapa de noviciado en el madrileño barrio de Villaverde, al sur de la ciudad.

Un lunes típico

Suena el despertador sobre las siete de la mañana. La comunidad reza junta. Cada hermana, individualmente, presenta su día al Señor.

En un lunes típico, cada novicia se dirige a un lugar de voluntariado: en la Cañada Real con Cáritas, con mujeres en situación de exclusión, con jóvenes migrantes…

La hora de comida suele ser un momento de compartir en comunidad. Y sin tiempo para siestas, comienza la formación en espiritualidad, misión, vida consagrada, carisma Vedruna…, para después desplazarse en Metro hasta la Universidad Comillas, en la calle Alberto Aguilera, donde las tres asisten a Estudios Teológicos.

Tras la cena, momento especialmente alegre al final de cada jornada, llega un rato de recogimiento, nuevamente ante el Señor.

“¿Y cómo comenzó tu camino?”, se les pregunta a las tres novicias.

“A todos nos llega un momento en la vida en que te tienes que preguntar si eres feliz o no, y a mí me llegó ese momento”, responde Loli.

A Rita la pregunta le suscita el recuerdo de “personas concretas que han sido testimonio de vida, que a me han ayudado mucho a decidir”.

También Geraldin piensa en mujeres Vedruna que conoció, “comprometidas” y “sensibles a la realidad”, que le llevaron a “elegir este estilo propio, que forma parte de la Iglesia, en la que el centro es Jesús, y en la que la pasión por el Reino y por el Evangelio se concreta a través de una espiritualidad con unos rasgos propios que son los de Joaquina de Vedruna”.

Ser Vedruna hoy

¿Qué significa hoy “ser Vedruna” para ellas?

“Ser Vedruna es ser mujer dentro de la Iglesia”; es “ser fragmento de fraternidad universal, ser abrazo, ser familia, acoger y sentirse acogido”. Es “tener la oportunidad de vivir en comunidad, compartir la palabra con otras mujeres que son testigo en el día a día”; es “abrazar las necesidades de las personas que están a mi alrededor”. Es “ver y dejarse conmover por la realidad, dejarse afectar, no ser indiferente ante ella”…

El vídeo va dando la palabra indistintamente a una o a otra, sin saltos ni contrastes en el discurso, porque la melodía es claramente una.

Fecha

mayo 19, 2022

Categoría

Nacional