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150 años de presencia Vedruna en Verdú

150 años de presencia Vedruna en Verdú

Joaquina de Vedruna había inventado un estilo nuevo de vida religiosa femenina y dedicado sus Hijas a una tarea social: la enseñanza de las niñas, el cuidado de los enfermos y la atención a los marginados.

(versión en catalán)

Defensora del derecho de las niñas a recibir cultura y atención; peregrina por los caminos de Cataluña; amiga de obispos, sacerdotes y religiosos, laicos comprometidos… Hombres de gran valía que la escuchan, la valoran, la ayudan y apoyan su obra, y en el trato con ellos no desdice por el hecho de ser mujer, al contrario, su feminidad los enriquece y se enriquece. Cristiana convencida vivió su fe y la relación con Dios-Trinidad desde la experiencia de esposa y madre: «soy madre –escribe- y como tal suplico a vuestra piedad que vos, como Padre amoroso de nosotros, atenderéis los míos clamores…» (Ep. 35). Y desde esta misma experiencia imprime a su obra un característico aire de familia.

Madre Paula, según leemos en el Libro de Visitas de la Casa, acompañó a cuatro hermanas, llegando con ellas a la villa el 27 de octubre de 1872. Tuvieron una calurosa acogida por parte de las autoridades y del pueblo que, reunido en la Iglesia parroquial escuchó el sermón de bienvenida y visitó después las hermanas, con grandes pruebas de satisfacción y entusiasmo. (HD, 314)

De esto hace ya 150 años. Y, a nosotras, como comunidad Vedruna, estamos nos pareció motivo de celebración, junto con el pueblo que, desde entonces, participa de nuestra vida y misión.

Cuando en los años 60 del siglo pasado la congregación decidió cancelar la presencia Vedruna en Verdú, el pueblo en peso, capitaneado por el entonces Alcalde de la Vila, Ramon Boleda Casas, contando siempre con la ayuda inestimable de la señora Catalina Gener, lucharon a brazo partido para que esto no sucediera. ¡Y lo consiguieron!

Lo consiguieron teniendo en cuenta que Verdú es una pequeña villa de menos de 1000 habitantes y que, durante estos 150 años la comunidad Vedruna, con las ayudas pertinentes, ha ido reinventando su presencia, y su actividad docente, según el momento y las circunstancias, con una gran creatividad: educación infantil, escuela de niñas, clases de dibujo, mecanografía, escuela-hogar con secciones de cocina, de curas y de menaje de mesa, comercio, Bachillerato, planchador, cooperativa de confección para dar trabajo a las chicas mayores… Y no solo la actividad docente sino también una gran creatividad en las actividades extraescolares y lúdicas: catequesis, banda de cornetas y tambores, majorettes…

Con apertura y servicio generoso al pueblo y a la parroquia, y en todo cuanto hiciera falta, hemos llegado hasta esta celebración de los 150 años de presencia Vedruna. Dicha celebración tuvo lugar el pasado domingo día 30 de octubre. Fue una jornada festiva y fraterna, que contó con la colaboración de muchas y muchos.

Antes de las 12 del mediodía la Iglesia de Santa María de Verdú se fue llenando. Mucha gente de la villa que respondió masivamente a la convocatoria, antiguas alumnas que hoy son madres, abuelas… La comunidad actual, la hermana provincial, las delegadas zona, otras hermanas que habían sido destinadas en Verdú…

Una Eucaristía presidida por el rector de la parroquia, Joan Viladot, y concelebrada con Jordi Díaz resultó sencilla, participativa y vivida. Una vez acabada, todo el mundo pudo pasear por el marco incomparable del Castell de Verdú disfrutando de un refrigerio y haciendo un recorrido virtual por estos 150 años de historia del pueblo a través de una exposición y un video, muy bien preparados por un grupo de jóvenes.

Que el ejemplo y mensaje de la mujer fuerte que fue Joaquina de Vedruna nos sea estímulo, modelo, ilusión, coraje… para continuar trabajando, como ella quería, en defensa de la justicia y la paz.

Maria Antònia Gilibets

 

Fecha

noviembre 12, 2022

Categoría

Local